A su jucio, "si Barea fuera consecuente con lo que dice debería dejarlo, y si el Gobierno también lo fuera debería o corregirlo o cesarlo. Pero no hacen ni una cosa ni otra porque están atados a las disposiciones de sus socios nacionalistas".

Borrell insistió en la crítica de su partido de que, frente al mensaje del Gobierno de que los Presupuestos del 98 son un instrumento para reducir el déficit público, en realidad se han introducido emiendas en el trámite parlamentario que lo elevarán en unos 90.000 millnes de pesetas.

Para defender este argumento, el diputado del PSOE apeló al propio director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno, José Barea, quién ha señalado, dijo Borrell, que el dinero de las privatizaciones sirve para enmascarar déficit, al tiempo que la regulación sigue permitiendo una fuerte indisciplina en la ejecución del presupuesto por parte de las administraciones.

El parlamentario socialista dijo que nunca se había visto como en esta ocasión el clientelismo del que ha hecho galael Ejecutivo durante la elaboración de los presupuestos, para atender las demandas de los socios que apoyan al Gobierno.

Según Borrell, el Gobierno y sus socios han hurtado al Parlamento el debate a fondo de los Presupuestos. Citó como ejemplo el caso del acuerdo sobre financiación de la sanidad que ha sido introducido en las cuentas oficiales para 1998 mediante una enmienda en el Senado, en el que el PP goza de mayoría absoluta.