El candidato socialista resaltó también durante el debate de totalidad de los Presupuestos que el Gobierno quiere hacerlos pasar por "sociales", "pero reciben el aplauso entusiasta de José María Cuevas, mientras las centrales sindicales se manifiestan contra ellos".

"Son unos Presupuesto", dijo, "insolidarios y carentes de sensibilidad social y de ambición de futuro, que tratan de confundir pero que no engañan a nadie".

Almunia apuntó que estos Presupuestos aumentan la presión fiscal, aunque el Gobierno presuma de bajar los impuestos; los impuestos indirectos son mayores que los impuestos directos, y las previsiones macroeconómicas "son vistas con gran escepticismo por la mayoría de los expertos".

Asimismo señaló que son unos Presupuestos que "tratan de tergiversar y retorcer la cifras para mejorar su apariencia, pero en los que no puede ocultarse que la productividad casi no crece, que la inversión pública es menor que hace seis años, que cae el ahorro de las familias, que ha cambiado de signo el saldo exterior, y que no se acometen auténticas reformas estructurales".

Calificó de "migaja" los 65.000 millones dedicados a los españoles menos favorecidos, respecto a los más de 31 billones que se va a gastar el conjunto del Estado. Asimismo señaló que en esta legislatura los emleados públicos acabarán perdiendo dos puntos de poder adquisitivo.

Asimismo, criticó que la creación de un Fondo de Reserva de la Seguridad Social con una dotación de 60.000 millones de pesetas, que fue anunciado por el Gobierno "de forma unilateral y ante la prensa", "no está" en los Presupuestos.

En este sentido, agregó que "no hay ley de creación, no existe regulación sobre sus dotaciones, no hay órganos de control, no sabemos si es un fondo presupuestario o uno de los fondos de estabilizació ya previstos en la ley de Seguridad Social. No hay nada. De nuevo, humo y un simple apunte contable sin valor legal alguno".

LA ALTERNATIVA

Almunia concluyó su intervención con una serie de propuestas alternativas a la política económica del Gobierno. Fueron las siguientes:

-"Frente al regalo de un billón de pesetas a las compañías eléctricas, yo hubiera bajado un 4,5% más las tarifas", dijo Almunia.

-"Frente a su recetazo", le dijo el líder socialista al Gobierno, "yo hubiera prescrito l extensión de los genéricos y la introducción de precios de referencia para los medicamentos".

-"Frente a la reducción del poder adquisitivo de los maestros, de los sanitarios, de los carteros, de los policías, yo hubiera incluido en este Presupuesto la compensación que se les debe por una desviación de la inflación".

-Frente a la disminución de la tributación por plusvalías y por rentas del capital, y frente a los 800.000 millones a los que el Gobierno "renunció" con su reforma del IRPF, "yo hubera previsto un crédito mayor para aumentar más las pensiones mínimas y la cobertura del desempleo".

Almunia continuó con más propuestas alternativas: "Frente al aumento de los conciertos con la enseñanza privada de élite, yo aumentaría el número de becarios", "frente a los dos mil millones de autopropaganda, yo aumentaría el dinero destinado a atender a los enfermos de Alzheimer".

El líder socialista dijo, dirigiéndose al presidente del Gobierno, que "cada día son más los españoles cansados de ss reiteraciones obsesivas sobre las supuestas excelencias de su gestión y lo malos que somos todos los demás. Están cansados de su talante despectivo, de su falta de argumenos y de su frivolidad disfrada de aparente rigor".