Juan lópez de Uralde, director ejecutivo de la organización, destacó, en rueda de prensa, la necesidad de que exista una responsabilidad limitada a lo largo de toda la cadena, incluyendo a las compañías petroleras, los aradores, administradores y operarios de los barcos de transporte.

Además, propuso la prohibición del transporte de mercancías peligrosas en buques monocasco, y la exclusión de las áreas marinas especialmente sensibles de las rutas de navegación de petroleros.

Respecto a las consecuencias medioambientales de la marea negra, el informe revela que estas permanecerán en las costas gallegas durante décadas, aunque "todavía es demasiado pronto para saber cuánto tiempo, porque no conocemos la cantidad defuel que queda en los tanques", afirmó María José Caballero, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace.

"Toda la cadena trófica marina se verá afectada, desde su base, el plancton, que morirá asfixiado por la ausencia de luz o envenenado por el fuel hasta la punta de la pirámide, que sufrirá la falta de alimento además de los efectos directos del fuel", señala el informe.

En relación a las consecuencias del fuel en la salud de quellas personas que colaboran en la limpieza de las playas, ara del Río, responsable de la campaña de tóxicos, aseguró que los efectos inmediatos que puede causar la inhalación de los vapores que se desprenden del fuel están los daños pulmonares y depresión transitoria del sistema nervioso central.

Asimismo, a través del contacto con la piel, puede producirse irritación, dermatitis, e incluso, se puede fomentar el desarrollo de cáncer de piel, añadió.

Para evitar estos efectos en las personas que recogen el fuel es necesario utilizar el equipo necesario, s decir, buzo, botas, guantes, mascarilla con filtro para vapores orgánicos y aerosoles, y gafas de protección.