Ls cifras aportadas a la diputada del PSOE Ludivina Pérez, que están cerradas a finales de marzo, revelan que la mayoría de los militares atendidos en la zona afectada por la catástrofe del petrolero sufrían cefaleas, por las que fueron tratados 161 soldados; seguidas de dermatitis, vómitos y gastroenteritis.

También se han registrado problemas relacionados con el clima, pues se diagnosticaron 33 faringitis; mientras que el resto fueron lesiones ocasionadas por el "esfuerzo físico", como heridas traumaismos y contracturas, luxaciones, o esguinces.

Estos son los datos que ofrece el Gobierno ante la pregunta socialista, que se refería a las medidas previstas ante los efectos sanitarios que puedan producirse en la población por el contacto con el fuel.

El Ejecutivo recuerda que pocos días después del accidente el Ministerio de Sanidad y Consumo puso en marcha "distintas acciones orientadas a prevenir los efectos sobre la salud de las personas potencialmente expuestas", entre las que destaca la costitución de un grupo de estudio y seguimiento epidemiológico,

Añade que el Ministerio de Defensa participa de forma activa en este estudio, facilitando la realización de encuestas y toma de muestras a los efectivos de las Fuerzas Armadas que participaron en la limpuieza de playas, además de recopilar datos sobre la asistencia sanitaria recibida por los soldados en la zona.