El programa, fruto de un convenio firmado por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, la Comisión de Asuntos Sociales del Ministerio de Justicia y la Cruz Roja Española, se está aplicando en las prisiones de Avila, Baleares, Jaén, Len, Palencia, Tenerife y en dos de La Rioja: Logroño y Arnedo.

En cada piso o "unidad dependiente", como se les denomina técnicamente, viven entre 5 y 8 presos, en su mayoría mujeres reclusas con hijos, ya que uno de los objetivos prioritarios de este programa es, según fuentes de Cruz Roja, "ofrecer unas condiciones de vida que favorezcan el desarrollo normal de esos niños".

Aunque en principio cualquier interno puede solicitar su participación en el programa, siempre que su familia no resida en a misma ciudad, son los equipos de psicólogos de los centros penitenciarios los que seleccionan finalmente a los presos que pueden someterse a esta experiencia.

El convenio excluye a los reclusos condenados por delitos de sangre, a los violadores y a los que padezcan problemas psicológicos o psiquiátricos.

Pese a que tanto Cruz Roja como Instituciones Penitenciarias destacaron lo positivo del plan, el secretario de Acción Sindical de CCOO, Carlos Rodríguez, considera que se trata de "una experienia de cara a la galería, ya que sólo se puede beneficiar de ella un porcentaje reducidísimo de la población reclusa total" (hasta el momento, unos 50 presos).

Carlos Rodríguez declaró a Servimedia, en tono irónico, que "para meter a todo el colectivo de presos (unos 36.000 en España) en esta experiencia, harían falta los 460.000 pisos que ha prometido el PSOE".

INTERVENCION SOCIAL

Este proyecto se enmarca en el programa de Intervención Social en el Sistema Penitenciario, diseñado por Cruz Rojafinanciado con fondos del 0,5 por ciento del IRPF que se destina a fines sociales.

El presupuesto para las ocho "unidades dependientes" que funcionarán durante este primer año es, según fuentes de Cruz Roja, de 58 millones de pesetas.

La responsabilidad de estos pisos recae directamente sobre Instituciones Penitenciarias, ocupándose Cruz Roja de la implantación de las normas de funcionamiento dentro de los mismos, así como de la detección y tratamiento de los problemas médicos y sociales que puean surgir entre los reclusos.

Las "unidades dependientes" funcionan durante cinco días a la semana, de lunes a viernes, pudiendo los reclusos abandonarlas los fines de semana, para lo que reciben una ayuda de 25.000 pesetas por si quieren viajar hasta el lugar de residencia familiar o quedarse en alguna pensión.

Dentro de este proyecto se pretende también buscar empleo a los presos que gozan de este régimen, ya sea en cursos del Inem, en esuelas-taller o en los distintos centros ocupacionales conque cuenta la propia Cruz Roja.