Segúnesta información, la dirección del partido que respalda a los GRAPO, el Partido Comunista de España Reconstituído (PCE-r), ha dado marcha atrás en su apoyo a esta huelga y por ello los presos han tenido que pedir colaboración a los reclusos de la banda terrorista ETA.

La propuesta de realizar una huelga de hambre se planteó por primera vez en el mes de marzo. Los GRAPO consideraron entonces que la política de reinserción había fracasado y pensaron que el mejor espaldarazo a sus reivindicaciones podíandarlo en la época de preparación de unas elecciones generales.

La intención de los presos terroristas es llevar a cabo esta huelga, a pesar de que en todos sus escritos han reconocido reiteradamente que la huelga que protagonizaron en 1989 no sirvió para casi nada.

Aparte del reagrupamiento, lo que pretenden también es conseguir la puesta en libertad de los presos que han cumplido las tres cuartas partes de la condena y de los que puedan sufrir alguna enfermedad, acogiéndose al artículo 60 del Relamento Penitenciario, siempre según la Cadena Ser.

Durante los últimos meses, los reclusos de los GRAPO han oscilado anímicamente entre la inyección de moral que significó para ellos el secuestro de Publio Cordón, y la rabia contra el que consideran un "estado represivo y terrorista".

Los presos del GRAPO han pedido apoyo a sus simpatizantes en la calle y al colectivo de presos de ETA, coincidiendo con el debate que éstos están llevando a cabo sobre la conveniencia de efectuar acciones de protesa para reivindicar el reagrupamiento de los presos en Euskadi.

Las dudas del PCE-r se ponen de manifiesto en que hace unos meses su jefe en París, el 'camarada Arenas', les animaba en su postura, mientras que en el pasado mes de noviembre, en un artículo titulado "No es tan sencillo", de su revista "Resistencia", rechazaba la iniciativa.

Los 68 presos de los GRAPO tomarán su decisión definitiva en los próximos días, según asegura la cadena radiofónica.