PRESION FISCAL. ESPAÑA TUVO EL MAYOR AUMENTO DE PRESION FISCAL EN LA OCDE, JUNTO A TURQUIA E ISLANDIA, DESDE QUE EL PP GOBIERNA

- En 1999, ascendió al 35,1% del PIB, record de la década, por encima del 34,3% de 1992

MADRID
SERVIMEDIA

España, Turquía e Islandia fueron los tres países de la OCDE en los que más aumentó la presión fiscal en el periodocomprendido entre 1996 y 1999, es decir, entre el último ejercicio presupuestario del PSOE y el final de la primera legislatura del PP, según datos de la edición de 2000 del informe de "Estadísticas de Ingresos" de la OCDE, al que tuvo acceso Servimedia.

La presión fiscal (la parte de la riqueza que absorbe el Estado a base de impuestos y cotizaciones sociales para redistribuirla mediante el gasto público) se situó el año pasado en España en un 35,1% del PIB, lo que supone un nuevo record de la década que hasta entonces estaba en el 34,3% de 1992.

Después de bajar hasta el 32,8% en 1995 y el 32,6% en 1996, el "suelo" de la década de los noventa, la presión fiscal se elevó hasta el "techo" del 35,1% en 1999, lo que supuso un aumento de 2,5 puntos. En ese mismo periodo, sólo en Turquía y en Islandia se dio un incremento superior, de 6,4 y 3,2 puntos, respectivamente.

Como consecuencia, el aumento del nivel de presión fiscal en España supera notablemente al del conjunto de la OCDE en idéntico peiodo, que fue de 0,9 puntos, y también si se considera sólo a los países europeos de la OCDE (1,1%) o incluso limitando la comparación a los estados de la Unión Europea (1,2%).

España aún conserva un nivel de presión fiscal inferior al promedio de la OCDE y, pese a los cambios políticos registrados a lo largo de la década, con un diferencial prácticamente idéntico, en torno a dos puntos, tanto al principio como al final de los noventa. La mayor diferencia se dio en 1996, cuando la presión fiscal españla era 4,2 puntos inferior al promedio de la OCDE.

Entre los 29 países más desarrollados, sólo en diez se redujo la presión fiscal en los últimos cuatro años: los ex comunistas Hungría, Polonia y República Checa, México, Finlandia, Japón, Irlanda, Nueva Zelanda, Luxemburgo y Holanda.

Holanda, en concreto, recortó la presión fiscal nada menos que en 7,7 puntos, lo que le convierte en un caso excepcional dentro del área euro, en donde los esfuerzos de consolidación presupuestaria exigidos por el Trtado de Maastricht, con sus rigurosos objetivos de déficit y deuda pública, y el compromiso de seguir manteniendo cuentas públicas saneadas tras la fecha límite fijada para el acceso a la moneda única, cerró la puerta en la segunda mitad de los noventa a cualquier "alegría" tributaria en la mayoría de los países de la Unión Europea.

El país con la presión fiscal más alta de toda la OCDE es Suecia, en donde el Estado absorbió y redistribuyó un 52,1% de la riqueza generada en 1999. El nivel más bajo es l de México, con un 16,5%.

A este respecto, los datos de la OCDE evidencian que los países europeos más ricos compatibilizan un alto nivel de bienestar con un nivel igualmente alto de presión tributaria, con niveles superiores al 50% en Suecia y Dinamarca, al 45% en Finlandia, Francia, Bélgica o Austria, y al 40% en Italia, Luxemburgo, Holanda o Noruega, entre otros.

Por contra, el nivel impositivo es menor en Estados Unidos (28,9%), Australia (29,9%), Japón (27,7%) y Corea (23,8%), países todos llos que figuran también entre los más ricos del mundo, y que han optado por un menor grado de intervención estatal en la economía.

En el caso de España, la llegada de la democracia marcó el despegue de la presión fiscal, imprescindible para construir un Estado del Bienestar homologable en Europa, y así creció 8 puntos entre 1976 y 1985, más que en cualquier otro país de la OCDE, y casi otros cinco entre 1986 y 1998.

En 1999, según la OCDE, los 35,1 puntos de presión fiscal registrada en España s desglosaron así: 9,9 puntos de la suma de impuestos de la renta y sobre los beneficios de las empresas (tres décimas más que en 1998), 12,3 de cotizaciones a la Seguridad Social (2 décimas más), 10,5 puntos de impuestos sobre bienes y servicios (4 décimas más), 2,1 de impuestos sobre patrimonio (lo mismo que en el 98), y 0,2 puntos de otros tributos.

En su comentario sobre la evolución fiscal de los últimos años en el conjunto de la OCDE, los expertos de esta organización señalan que los ingresos porel impuesto de la renta y por los beneficios de las empresas crecieron fuertemente en los últimos años noventa en la mayoría de los países desarrollados, aunque en 1999 se produjo una ralentización.

Como no ha habido subidas de tarifas en la mayoría de los países de la OCDE, los expertos consideran que el aumento de recaudación "es un reflejo del fuerte crecimiento económico. Ese crecimiento aumenta los ingresos de la mayoría de los impuestos, pero tiene una una influencia particularmente intensa en ls ingresos derivados del impuesto de la renta. En el caso de la renta personal, esto se debe -argumentan- a su estructura progresiva, en la cual una proporción más elevada de renta es absorbida por el impuesto conforme suben los ingresos. En el caso de los impuestos sobre los resultados de las empresas, se debe a que los beneficios empresariales tienden a aumentar más que proporcionalmente en relación a la producción".

(SERVIMEDIA)
09 Nov 2000
M