Durante la reunión entre ambos presidentes autonómicos del Partido Popular, Lanzuela resaltó la paralización que el proyecto ha sufrido durante dos años y sugirió la posibilidad de bucar financiación en los Fondos de Cohesión de la UE, ya que, según apuntó, Aragón no atraviesa una situación financiera que le permita cofinanciar el proyecto.

"Si existe una obra de infraestructura con posibilidad clara de acogerse a los fondos de cohesión, esta es la que hace referencia al tramo Sagunto-Zaragoza", aseguró el presidente aragonés.

Por su parte, Eduardo Zaplana ha acentuado la importancia de la coordinación de actuaciones entre las dos comunidades implicadas y que ha hecho extensia a materias como turismo, medio ambiente o infraestructuras.

Según Zaplana, "ya es hora de que dos comunidades limítrofes y que tienen mucho en común dejen de darse la espalda y se pongan a trabajar en todo aquello que puede ser común y en defensa de intereses comunes que, además, interesan al resto de España".

La puesta en marcha de la autovía, según se desprende de un estudio elaborado por la Diputación General de Aragón, revertiría en un claro incremento de la actividad económica, una más adeuada vertebración del tráfico pesado, así como en una notable disminución de los gastos de transporte de los usuarios.

En tierras aragonesas, el trazado de la autovía seguiría en gran parte el ya existente de la carretera nacional 234. Mientras el MOPTA ha aprobado ya el expediente de información pública del tramo que deberá unir Teruel con Sagunto, el Estudio Informativo del tramo Teruel-Zaragoza permanece pendiente de aprobación técnica en Madrid.