Núñez, que actuó como delegado regio, reivindicó la tolerancia y la comunicación cultural entre las distintas comunidades autónomas, al tiempo que reclamó al apóstol ayuda para que "no diluyamos en el falso orgullo de creernos superiores la inmensa fortuna de sabernos diferentes".

Entre citas d Joan Maragall, Otero Pedrayo y Rosalía de Castro, el presidente del Parlamento gallego pidió al patrón que vele por quienes tienen la responsabilidad de dirigir el país, "para que gobiernen con justicia".

Igualmente, solicitó su protección para los que más sufren, para "los marginados, los atrapados por la droga, los otros enfermos, los niños y ancianos, los parados, y los que más sufren las consecuencias de la crisis económica".

Por su parte, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barri, pidió al apóstol que el desarrollo de los deberes sociales "se subordinen al bien de las personas y no al contrario", porque el bien social, indicó, "deja de serlo cuando margina a un sector de nuestra población, porque sólo la solidaridad evitará este riesgo y nos hará comprender la pluralidad en una convivencia respetuosa".