El presidente minimiza la importancia del problema de España ------------------------------------------------------------
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El presidente del Gobierno, Felipe González, se mostró hoy partidario de "expulsar de la vida pública" a quienes incurren en la corrupción política, ero también a quienes utilizan esta cuestión como instrumento de propaganda "lanzando acusaciones falsas".
Al comienzo de su primera intervención en el debate sobre el "estado de la Nación", el jefe del Ejecutivo afrontó una de las principales cuestiones que reclamaba la oposición para el debate de hoy.
Felipe González calificó de "totalmente injusto" las afirmaciones que profieren algunos responsables políticos sobre la existencia de corrupción "generalizada" en España.
Para el presidente dl Gobierno, la única forma ecuánime de medir el grado de corrupción de un Estado de derecho es el nivel de sentencias condenatorias de responsables públicos por este delito.
A la vista de las registradas en España, dedujo el presidente, "en nuestro país existe corrupción, pero no es un problema superior al que tienen otros países de nuestro entorno".
"Sí tiene un problema de opinión pública, por el interés de algunos de convertir este tema en arma arrojadiza y en instrumento de propagandas", precsó Felipe González, lo que originó los primeros pateos desde los escaños de la oposición y encendidos aplausos entre las filas del Grupo Socialista.
MONTON DE RUMORES
Según el presidente, hay que expulsar de la vida pública "a quienes se corrompen y también a quienes manipulan esta cuestión con acusaciones falsas". "Tal vez a algunos", recalcó, "habría que expulsarles por los dos motivos".
Felipe González subrayó que no se puede afirmar la existencia de corrupción generalizada "armado de un monón de rumores o de informaciones sin contrastar", sino con resoluciones judiciales.
Tildó de "sarcasmo" el empeño que demuestran "algunos" dirigentes políticos en comparar el "deterioro" de la vida pública española con el que se vivía durante el franquismo. Especialmente, dijo, "cuando la democracia no pidió cuentas a la dictatura sobre lo que ocurría en ese periodo oscuro de nuestra historia".
El presidente del Ejecutivo añadió que el sistema español tiene mecanismos para descubrir cualquier comortamiento irregular que se produzca, pero se mostró abierto a debatir cualquier iniciativa que plantee al respecto la oposición.
González sugirió algunas medidas que se podrían aplicar, en su opinión, para combatir con más eficacia la corrupción. Propuso que las empresas que participen en un acto irregular no puedan volver a contratar con las administraciones públicas, así como endurecer las sanciones por irregularidades en la adjudicación de contratos de las Administraciones públicas.
También dfendió la necesidad de revisar el sistema de financiación de partidos y "disminuir severamente" los gastos electorales.
Pero ante todo, dijo, "debe quedar claro que sólo el poder judicial puede determinar en cada caso si ha existido transgresión de la ley. Cualquier caso de corrupción debe plantearse ante los tribunales y, sólo después, se deben extraer las consecuencias políticas que se deriven".
LOCURA ASESINA
En las palabras iniciales de su primera intervención, que dedicó en su mayor partelos próximos desafíos para la convergencia económica con Europa, Felipe González también hizo una reflexión sobre el terrorismo y los acontecimientos de 1992.
En su intervención, exigió mantener con firmeza la estrategia antiterrorista y cultivar la "serenidad" en los pronunciamientos de las fuerzas democráticas "para no producir confusión en los ciudadanos".
González mantuvo que no triunfará la "locura asesina" de la banda terrorista ETA de querer someter a las instituciones a su chantaje, utilzando los acontecimienos del 92.
Resaltó que el Gobierno no cree viable dialogar con Herri Batasuna para erradicar la violencia etarra, por cuanto esa coalición "está sometida al dictamen de los violentos".
Sin embargo, añadió que el Ejecutivo no pondrá en riesgo el consenso de las fuerzas de Ajuria Enea, "si hay alguien que acepta este diálogo".
Insistió en que, en el momento actual de intensificación de la violencia, "es mejor no dar espacio al rumor o la confusión" y recordar que la posicón del Gobierno es "invariable".
HABLAR DE ESPAÑA
En cuanto a la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, resaltó el esfuerzo de "ilusión" que han empeñado las administaciones públicas y el sector privado para sacar adelante con éxito ambos acontecimientos.
Aseguró que el Ejecutivo desplegará todas las medidas necesarias para que la seguridad esté garantizada en ambas ciudades durante los próximos meses.
El primer discurso de Felipe González ante la tribuna de oadores del hemiciclo duró poco más de una hora. A la sesión de la mañana asistieron todos los ministros y los principales dirigentes de todas las fuerzas parlamentarias.
El debate de la Nación se reanudará a las cuatro de la tarde, con la intervención de los portavoces de la oposición por orden de representación en escaños de mayor a menor. A continuación, intervendrá de nuevo el presidente del Gobierno, quien replicará por separado o agrupadamente a cada grupo.
A la salida del hemiciclo, el presdente del PP, José María Aznar, dijo que el jefe del Ejecutivo "ha hablado poco de España".
(SERVIMEDIA)
24 Mar 1992
JRN