Kindelán señaló a un grupo de periodistas que ninguna de las dos centrales presenta problemas de seguridad, pero indicó que en el caso de Zorita los costes para garantizar el perfecto funcionamiento de la planta nuclear pueden ser mayores.

Sin embargo, el máximo responsable del CSN insistió en que debe ser la empresa proietaria la que evalúe la conveniencia de las inversiones económicas que será necesario realizar durante los próximos años.

Entre esas inversiones figura el cambio de la tapa de la vasija, decisión adoptada tras detectarse la aparición de decenas de grietas en las penetraciones de la tapa actual.

No obstante, Juan Manuel Kindelán afirmó que el funcionamiento de la central con esta tapa hasta la próxima parada de recarga no entraña riesgo alguno para la seguridad de la población y el medio ambiente

Las organizaciones ecologistas han pedido con insistencia durante los últimos meses el cierre de Zorita y Garoña, por considerar que no reunen las condiciones mínimas de seguridad exigibles.