El suceso se produjo a las 8,15 de la mañana en la carretera Palma-Sóller, cuando Cañellas se dirigía desde su residencia particular, en la localidad de Bunyola, hasta la sede del Gobierno, donde desempeña sus actividades diarias. El presidente conducía su propio vehículo, un Volskswagen Golf, en el que iba solo.

Según el portavoz gubernamental, mientras Cañellas conducía, observó a un grupo de trabajadores que realizaban tareas de limpieza en las unetas de la carretera. Interesado por saber qué grupo de limpieza era el responsable de la labor, desvió la mirada hacia las camisetas de los obreros y perdió el control del vehículo, que alcanzó por detrás al turismo Peugeot-205 conducido por una vecina de Bunyola, que estaba parado a la entrada de una rotonda cediendo el paso.

El portavoz del Ejecutivo autonómico, que calificó el incidente de "buen golpe", agregó que el coche del presidente quedó "hecho unas migas", por lo que fue necesaria la presncia de una grúa.

Asimismo, indicó que el presupuesto del taller de chapistería para el arreglo del vehículo es "muy elevado", si bien no precisó la cifra de la reparación, que deberá costear Cañellas y a la que habrá que sumar los daños producidos en el otro vehículo, cuya ocupante también resultó ilesa.

Gabriel Cañellas nunca utiliza coches oficiales para sus desplazamientos ordinarios, "tampoco durante esta campaña", matizó su portavoz.