EL PRESIDENTE BALEAR PROPONE IMPULSAR UN ESTUDIO SOBRE LA VIABILIDAD DE IMPUESTOS ECOLÓGICOS EN ESPAÑA
- También más autonomía impositiva en esta materia por parte de las comunidades autónomas
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El presidente de Baleares, Jaume Matas, se mostró hoy favorable a la existencia de impuestos ecológicos pero sometidos a un control "serio y riguroso" que no supongan "más perjuicios que beneficios", como sucedió con la "ecotasa" del anterior Gobierno insular presidido por el socialista Francesc Antich
Matas hizo estas consideraciones en declaraciones a los periodistas y en su intervención en el Tercer Foro Economía y Sostenibilidad que con el título "Tributación Ambiental en España" celebra la Fundación Santander Central Hispano en el auditorio de la Asociación de la Prensa de Madrid.
El presidente balear, que acudió a este encuentro para explicar la experiencia balear en materia de tributación ambiental vinculada al turismo indicó que los impuestos ecológicos "pueden existir", si bien aclaró que, "en primer lugar tienen que ser ecológicos de verdad y en segundo lugar hay que medir muy bien cuáles son sus efectos indirectos, no vaya a ser que perjudiquen más que beneficien".
Hacía referencia Matas a la "la experiencia vivida con la 'ecotasa' que de ecológico tuvo poco y sobre todo que al final se convirtió en un arma arrojadiza en contra de nuestra economía".
Matas subrayó que sobre tributación en esta materia "no se ha experimentado demasiado" por lo que propuso impulsar previamente un estudio "serio y riguroso" sobre cómo debe ejecutarse y a quién ha deir dirigido.
"No existe en el caso de los tributos ligados al principio de que quien contamina paga un recorrido suficiente para evaluar el impacto de los costes de recaudación, de su equidad, etcétera", apuntó.
En este contexto, arremetió a lo largo de su intervención contra la experiencia impositiva que encabezó el PSOE balear en el Gobierno de Progreso, que cosechó, además del recurso judicial interpuesto por el Estado, el del 89% de los empresarios afectados.
Para Matas, que derogó la iniciativa al poco de tomar las riendas del Gobierno balear, se hizo un mal uso de la "mal llamada" "ecotasa", como prueba que con parte del dinero "se financiaron equipamientos de equipos de fútbol".
AUTONOMÍA FINANCIERA
Por otra parte, tildó de "muy estrecho" el margen de que disponen las comunidades autónomas para la creación de nuevas figuras tributarias que tengan como objetivo primordial la preservación del medio ambiente.
"La experiencia balear ha quedado desde siempre condicionada por este factor", lamentó Matas, quien recordó iniciativas de gobiernos anteriores en las islas, como el canon del agua y otras que afectaban a los sectores energéticos o de telecomunicaciones que hubieron de afrontar sucesivos recursos por parte de la Administración central.
Matas retomó la necesidad de acometer nuevas iniciativas impositivas de este tipo desde la seguridad de que con su desarrollo no resultarán afectados los sectores económicos más implicados en actividades claves en los lugares donde se apliquen, como el turístico en el caso de Baleares.
"La investigación sobre la economía del turismo no tiene desarrollo suficiente para determinar los efectos de la demanda de impuestos como el que sobre pernoctaciones ya se aplican en las Islas Fidji, en Francia, Panamá, o Bermudas".
"La prudencia", significó, "ha de ser pauta de actuación en el desarrollo de cualquier medida fiscal en el sector turístico, cuya actividad es, por lo demás, cambiante, y si bien la 'ley de ecotasa' preveía su supresion en circunstancias desfavorables del sector, ello nunca llegó a ejecutarse a pesar de que su entrada en vigor coincidió con una crisis derivada, entre otras razones, del 11-S".
Durante la vigencia de la "ecotasa", observó Matas, "casi un millón de turistas se desviaron de Baleares a otros destinos competidores, y proyectó una imagen de Baleares como destino de emergencia medioambiental, del que además el turismo era responsable".
"El interés por impulsar la reconversión de nuestra fiscalidad turística pasa por acometer un estudio de las posibilidades reales que cada administración española tiene de ejercer su capacidad normativa en este ámbito. Sería conveniente iniciar un proceso serio de revisión de la debilidad de autonomía fiscal de las comunidades insulares y tan peligrosa puede ser la sobrerregulación ecológica como la exclusión de la tributación ambiental para sostener las políticas sostenibles", concluyó.
Al titular del Ejecutivo isleño le presentó José María Amusátegui, presidente de la Fundación Santander Central Hispano, quien advirtió que "no podemos abusar de esta gallina que es la Tierra porque llegaremos a un extremo insostenible".
"Existe la prueba", agregó, "de que el comportamiento humano contribuye hasta extremos letales". Al respecto, citó al turismo en su vertiente "contaminante y depredadora".
(SERVIMEDIA)
05 Jun 2006
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