Benet, que ganó el premio en competencia con autores de tanto renombre como Antonio Buero Vallejo, se mostró decididamente contrario a imponer a los estudiantes, "a los catorce o quinceaños", la lectura de "El Quijote" o la asistencia a una obra de teatro.

"Yo pienso que el teatro, y la literatura en general, se deben dar a los chicos como placer. Yo tengo una hija de trece años y siempre le he dicho: no leas si no te gusta lo que lees, si una obra de teatro no te gusta no vayas a verla o vayámonos a la mitad, y gracias a esta actitud, mi hija lee como una condenada y le entusiasma el teatro", indicó.

Benet se mostró convencido de que el teatro tiene el futuro asegurado, pese ala presión de la televisión y el cine, que le superan como espectáculos de masas.

"No tengo absolutamente ningún miedo de que pueda morir el teatro. A lo mejor muere un día el cine o la televisión, pero el teatro, no: una persona delante de otra fingiendo una historia no va a morir nunca".

Sobre las subvenciones al teatro, dijo que el comercial puede apañárselas sin ellas, pero el que pretende poner en escena textos innovadores necesita "estar protegido" con ayudas públicas, "como ocurre en los píses occidentales civilizados", entre los que citó Francia, Alemania y Gran Bretaña.

Benet se quejó de las dificultades que atraviesan los dramaturgos nuevos para estrenar. Apuntó que la situación actualmente es mejor en Barcelona que en la capital de España, pero indicó que "el olfato me dice que Madrid está a punto de dar un vuelco".

El nuevo Premio Nacional de Literatura Dramática negó que pueda considerarse que ha ganado a otros candidatos al galardón y dijo que "la única cosa que no me gustade esto es pensar que hay otra gente que vale tanto o más que yo y que no ha tenido el premio".