Esta iniciativa, enmarcada en el Plan Integral de Atención al Tabaquismo (2005-2010), nació con el objetivo de reducir el porcentaje de tabaquismo que existe entre la población interna, según informó hoy la Junta andaluza.

El premio otorgado por la OMS reconoce los mejores programas y políticas de promoción de la salud y prevención de enfermedades en instituciones penitenciarias.

En concreto, el programa de deshabituación, que impulsa un cambio de cultura, ha sido reconocido como ejemplo de buenas prácticas relacionadas con la prevención, y educación y promoción en salud.

El programa de deshabituación tabáquica que se desarrolla incluye el entrenamiento de trabajadores de la prisión en las actividades de formación que se realizan en el Hospital de Valme y en el Distrito Sevilla Sur, a fin de dotarles de las herramientas necesarias para orientar en cómo dejar este hábito.

Las personas privadas de libertad presentan consumos de tabaco que duplican o triplican los que se encuentran entre la población general. Sobre esta premisa, el Distrito Sanitario Sevilla Sur realizó un estudio en la prisión de Alcalá de Guadaira para determinar el consumo y el deseo de abandono del tabaco de la población reclusa.

Para ello, contó con la colaboración del Hospital de Valme, técnicos del Plan Integral de Tabaquismo y la propia institución penitenciaria.

Los resultados establecían que el consumo de tabaco era del 81,5%, que el 86% de las internas fumadoras deseaba dejar de serlo y que el 65,5% había hecho intentos previos de abandono.

Partiendo de esta situación se diseñó la estrategia de intervención que desde 2005 se desarrolla en el centro y que ha permitido que, después de un año y medio, el 30% de las reclusas que decidieron dejar de fumar continúan sin hacerlo y que el 100% de los trabajadores de la prisión que participan en el programa siguen sin fumar.