Aldama señaló que en 2004 se iniciaron 675.000 viviendas, una cifra récord y un 10% superior a la de 2003. Sobre las previsiones para 2005, Aldama cree que la actividad constructora crecerá en el segmento de vivienda entre un 5,5% y un 6,5% este año, pero no aumentarán las viviendas iniciadas, sino que se ejecutarán la mayoría de las iniciadas en 2003 y 2004.

Actualmente el parque total de viviendas en España es de 22,5 millones, de las que el 82% están en propiedad de las familias (el 62% están completamente pagadas y el 20% tienen hipotecas pendientes). Además, explicó que cerca de 5 millones de viviendas se han construido en los últimos diez años y han permitido una recaudación fiscal de 150.000 millones de euros en ese período.

Aldama restó importancia al aumento del precio de la vivienda, que ha sido de una medida del 147% en los últimos diez años (entre 1995 y 2004), al decir que paralelamente la riqueza de las familias ha aumentado en más de 3 billones de pesetas por el valor alcanzado por las viviendas, mientras que su endeudamiento sólo ha aumentado en 450.000 euros, "lo que significa que las familias son más ricas".

Recordó que esos 3 billones significan que se ha creado una riqueza en las familias casi cuatro veces superior al PIB de este año, y destacó que pese al importante aumento del precio de la vivienda, si se tienen en cuenta el aumento de los salarios, la bajada de los tipos de interés y el alargamiento del plazo de las hipotecas, entre otros aspectos, el esfuerzo de las familias para pagar una vivienda ha bajado del 36% de sus ingresos en 1995 al 24% en 2004.

Para Aldama, la continuidad del éxito de la edificación residencial en 2005 dependerá del crecimiento del PIB y de la creación de empleo, por lo que si se cumplen las previsiones "la vivienda seguirá tirando".

Pidió que se analicen en profundidad los cambios fiscales con relación a la primera vivienda, para evitar que se construyan menos viviendas y que baje la recaudación fiscal, porque aseguró que construir 600.000 viviendas al año supone unos ingresos fiscales de 15.000-18.000 millones de euros.

También pidió al conjunto de las administraciones que presten más atención a facilitar a los ciudadanos de otros países la adquisición de una vivienda en las zonas turísticas, porque, además de ser inversión para nuestro país, esos ciudadanos instalan su residencia aquí o vienen en vacaciones y consumen y utilizan nuestros servicios.