Según ese informe, el precio de una cajetilla de una conocida marca internacional de cigarrillos en enero de 2006 oscila entre los 1,07 euros de Letonia y los 7,50 euros aproximadamente en el Reino Unido.

El documento recuerda que el Banco Mundial sostiene que la fiscalidad sigue siendo el método más eficaz para reducir el consumo, aunque su efecto disuasorio se ha visto debilitado por la aparición de las marcas baratas, los países con impuestos bajos, las compras transfronterizas, los menores impuestos del tabaco de liar, el contrabando y las falsificaciones.

El informe añade que la Comisión Europea lleva 30 años regulando los impuestos sobre los productos del tabaco. A pesar de los progresos realizados en la armonización de los impuestos que gravan el tabaco en la UE, "la gran preocupación sigue siendo que el precio y los impuestos de los productos del tabaco varían enormemente de un estado a otro".

Otro dato que avala esta diferencia: en julio de 2005, la proporción de impuestos sobre el tabaco en la categoría de precios más consumida oscilaba entre el 60% de Letonia y el 80% de Francia.

La relación directa entre mayor precio del tabaco y menos consumo queda demostrada con el caso de Francia, donde el número de fumadores ha descendido un 12% entre 1999 y 2003. En 2003, el coste de la cajetilla de cigarrillos se convirtió en la principal razón de los consumidores de ese país para dejar de fumar, mientras que en 1999 era la cuarta.