En la sesión de control al Gobierno en el Senado, Maroto partió de que “una cosa es reconocer derechos y otra aprobar chapuzas”, aplicado tanto a la 'ley trans' como a la del ‘sólo sí es sí’. De esta última se quejó de que “los españoles todavía no conocen cuál es la posición de la vicepresidenta segunda”, con “apariciones bochornosas” huyendo de periodistas o limitándose a pedir “calma y discreción” o “buscar un acuerdo”.

“Mójese”, le retó. “¿Cree que hay que cambiar la ley buscando un acuerdo o cree que hay que dejar la ley como está buscando un acuerdo?”. Y, en el primer caso, “¿en qué hay que modificar la ley?”. Maroto terminó justificando su pregunta: “No se puede ser vicepresidenta del Gobierno de España y pasar de puntillas por el mayor escándalo que tiene este Gobierno”.

Díaz optó por contestar a la pregunta formalmente registrada para la sesión de control, “sobre la medida en la que está satisfecha la vicepresidenta Segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social con su aportación dentro del Gobierno de coalición”. Y lo hizo diciendo que iba a “responder en colectivo”, porque no cree “en las aportaciones individuales en ningún Gobierno”, antes de contestar lacónicamente: “Me siento humildemente satisfecha de mi contribución al Gobierno de España”.

El portavoz popular contrarreplicó si Díaz se sentía “tranquila” y “cómoda” al limitarse a esa contestación y guardarse todo su tiempo para su segundo turno, cuando ya no daría opción al debate. Y le atribuyó “pura cobardía política” que “sólo le hace más cómplice de esta ley”, además de “feminismo de boquilla” o “pacotilla" porque “cuando llega el momento de verdad de defender a las mujeres, cuando eso realmente escuece políticamente, está mucho más cómoda callada”.

EVITAR EL DESGASTE

“En vez de estar pensando en las consecuencias que tiene esta ley para las mujeres, ha pensado en cómo echarle la culpa a los de al lado para evitar el desgaste electoral”, prosiguió Maroto, que terminó haciendo equivaler la apuesta declarada de Díaz por “cuidar la coalición” al objetivo real de “ocuparse de su sillón”, y rematando: ”Yolanda o Pedro Sánchez, Pedro Sánchez o Yolanda, las dos caras de una misma moneda”.

En su segundo turno, la vicepresidenta ironizó que el estilo de su interlocutor era “muy depurado”, citó el dato conocido de que desde 2003 han sido asesinadas 1.190 mujeres por “violencia machista” y preguntó a Maroto si cree que el PP “protege a las mujeres pactando con Vox, ese partido que niega la violencia de género”.

Díaz llamó “fariseos” a los populares porque ante todos los avances legislativos para las mujeres o el colectivo Lgtbi lo que han hecho ha sido “recurrir todas y cada una de las normas”. También se mofó del “cónclave catedralicio” que montó “para decirnos a las mujeres si el aborto es un derecho o no”, cosa que ella le confirmó que sí, y que lo ejercerán “sin paternalismos y sin tutelas, a pesar del PP”.

Igualmente, la vicepresidenta preguntó a Maroto, que contrajo matrimonio homosexual, si se sentía cómodo con declaraciones despectivas contra el colectivo Lgtbi como la de la exalcaldesa de Madrid Ana Botella, quien dijo que “una manzana y una pera no pueden dar dos manzanas”. Por último, volviendo a la pregunta registrada, reiteró que se siente “muy cómoda en un Gobierno que no hace más que recuperar derechos” para las mujeres y el colectivo Lgtbi, y terminó presentando la subida del SMI como otro ejemplo de feminismo y augurando que seguirá habiendo Ejecutivo de coalición progresista “durante mucho tiempo”.