En su calidad de director de la campaña, Rajoy arremetió duramente contra los socialistas por entender que sus propuestas electorales son "un larísimo riesgo" para "los avances conseguidos en estos últimos años en materia de reducción del déficit público, control de la inflación y saneamiento de la Seguridad Social".

El director de la campaña electoral del PP se manifestó "preocupado" por "la insolvencia y falta de seriedad" del PSOE, al hacer ofertas programáticas que podrían tener un coste de entre 4 y 5 billones de pesetas para las arcas del Estado.

Criticó también el hecho de que el PP haya tenido que soportar los ataques del PSOE n materia de fiscalidad, para comprobar ahora que el PSOE garantiza en su programa el mantenimiento de las reformas del IRPF hechas por Rodrido Rato.

Eso es, según Rajoy, "el reconocimiento del disparate de incalculables proporciones" que fue la oposción descarnada de los socialistas a la reforma del Impuesto sobre la Renta.

También se mostró preocupado por la falta de un programa nacional del PSOE, algo que deja al PP como "único partido" con un proyecto nacional, que defenderá por igual en todoel territorio nacional.

Rajoy recordó una vez más que el PSOE mantiene acuerdos con fuerzas políticas nacionalistas que rechazan la Constitución, como ERC o BNG, y destacó la disidencia del primer secretario del PSC, Pasqual Maragall, que defiende el Estado federal incluso en contra de la opinión de la dirección socialista.

Pese a estos ataques directos contra el máximo contricante del PP, Rajoy insistió reiteradamente en que los populares "dependemos de nosotros mismos" para ganar los comicios d marzo.

En la Junta Directiva Nacional del PP explicó que el partido del gobierno se presentará a los ciudadanos como una formación unida, de centro reformista y con un proyecto global para toda España, algo que el PSOE no está en condiciones de ofrecer en estos momentos.

La dirección del PP está de acuerdo en no dar el pistoletazo de salida a la precampaña electoral hasta el momento en que el presidente José María Aznar disuelva las Cortes y convoque formalmente las elecciones, algo que previsibemente ocurrirá a mediados de enero. Hasta entonces, los miembros del Gobierno harán balance de lo hecho por sus departamentos en esta legislatura.

Los populares no creen que la enfermedad de Julio Anguita y el cambio de candidato obligado en IU vaya a repercutir negativamente en sus expectativas electorales, puesto que la ley electoral no garantiza que los restos vayan a parar al PSOE.

En provincias como Madrid, por ejemplo, la asignación de escaños por restos sería favorable al PP en caso de unpatinazo electoral de IU.

Lo que sí creen en el PP es que la paulatina evolución del PSOE hacia a la izquierda para captar los votos de IU puede perjudicar al primer partido de la oposición, que está dejando libre un extenso campo en el centro político que los populares pretenden ocupar.