En declaraciones realizadas en el Congreso, Ayllón destacó que el efecto más imediato de las elecciones del 1 de marzo es que algunos grupos se están "desligando" de las "ataduras" que les unían al Gobierno socialista.

"Se empiezan a sentir desligados", dijo, y su posición respecto a las iniciativas que se discuten en la Cámara "no sólo se ven desde el punto de vista de la aritmética parlamentaria".

En ese sentido, los populares esperan que esta nueva situación dotará al Parlamento "de mayor sentido común", gracias a que ahora los grupos "puden votar libremente" y eso abre una etapa "muy abierta, con sentido común y en la que la sensatez de las medidas del PP puedan triunfar semana tras semana".

Eso es lo que esperan que ocurra con las proposiciones no de ley relativas a las ayudas al sector de la automoción y a la mejora de la liquidez de las pymes, así como en el debate de la interpelación sobre el proceso de Bolonia y de la moción relativa a la reestructuración del sistema financiero.

En todos estos casos esperan contar con un respaldo suficiente para sacar adelante las medidas propuestas, aunque el PP no ha contactado con otros grupos para pulsar su intención o negociar el contenido de las mismas.