Según Peón, "esta es una huelga idelógica, política y anacrónica para los tiempos que corren. Es una huelga contra las privatizaciones y en el caso de la CSI hablamos de una empresa saneada y viable, y tan sólo hay que darle la dimensión suficiente para que pueda ser más competitiva".

Según el diputado popular, no hay ninguna razón "objetiva" que permita "sustentar una incertidumbre o una preocupación de los sindicatos sobre el futuro de la CSI".

Advirtió además que este tipo de medidas de presión "se vuelven al final contra aquelos que las protagonizan". Recordó que en estos momentos hay varios grupos interesados en participar en el proceso de privatización, y "el grado de compromisos que estén dispuestos a adquirir será mucho mayor si se ofrece una empresa con un ambiente laboral parcífico. Si lo que se ofrece es un grupo con problemas, con huelgas y conflictividad social, será más difícil conseguir compromisos de los compradores".

Peón destacó la actitud dialogante el Gobierno para con los agentes sociales, aunque puntualiz que una cosa es tratar de negociar con los sindicatos y "otra, que se quiera sustituir la labor del Gobierno y determinar si una privatización es buena o es mala".