La declaración se fundamenta en que "la toma de Sebrenica y Zepa por parte de los serbios de Bosnia, zonas ambas de seguridad establecidas por Naciones Unidas en Bosnia-Herzegovina, es intolerable para la conciencia de la humanidad.

Añade que "el agresor continúa su agresión. Viola flagrantemente las normas y resoluciones de Naciones Unidas. Ataca abiertamente a destacamentos de UNPROFOR y toma más rehenes de entre sus miembros. Prosigue con una ignominiosa 'limpieza ética', ocasionando la muerte de civiles,, expulsando a miles de musulmanes de sus hogares y deportando a miles de personas

La declaración afirma que "si las Naciones Unidas, la OTAN y la Unión Europea asisten inermes a este drama, se estarían tolerando gravescrímenes contra la humanidad. Al mismo tiempo, se estaría comprometiendo el orden internacional y sentando un funesto precedente para los fundamentalismos étnicos y religiosos que representan un serio peligro para la paz".

"En estas circunstancias", continúa, "y desde un punto de vista ético, se justifica ampliamente el recurso legítimo a la fuerza, para frenar al agresor y defender a sus víctimas. Prestar auxilio efectivo a personas y poblaciones en peligro de extinción es un imperativo moral de la pz".

Por todo ello la declaración concluye diciendo que "urge que por iniciativa de la Unión Europea las Naciones Unidas emprendan una acción decisiva vía la OTAN, para hacer cesar definitivamente la agresión serbia, proteger las poblaciones civiles, hacer valer las resoluciones de la ONU con respecto a las condiciones de paz, e iniciar un esfuerzo masivo de reconstrucción en Bosnia-Herzegovina".