Según indicó Hernando en el Congreso, Moraleda dijo a un grupo de personas, entre las que había periodistas, que iba a estar "vigilante" con la prensa para comprobar hasta donde podía verse influida por "el veneno del PP".

El diputado popular consideró que estas declaraciones constituyen "una amenaza y un insulto". "Una amenaza de gravedad para los periodistas" que discrepen del criterio del Gobierno y que constituye un "grave atentado contra la libertad de expresión".

A su juicio, afirmaciones de esta naturaleza son"impropias de un gobierno democrático" y revelan el "talante totalitario" del Ejecutivo que dirige José Luis Rodríguez Zapatero.

Además, consideró que la alusión al "veneno del PP" es síntoma de una "mentalidad sectaria" que usa expresiones "más propias de un Goebbels de la pradera monclovita".

El malestar en el Gobierno provenía de la intervención del portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, quien acusó al presidente de estar negociando con ETA mientras la banda terrorista asesinaba a su compañero de partido Joseba Pagazaurtundúa.

Tal fue el enfado de Zapatero que ni siquiera se molestó en rebatir al portavoz popular la existencia de tales conversaciones con ETA y se limitó a pedirle "responsabilidad" y una "reflexión autocrítica" sobre la línea estratégica del PP en materia de terrorismo.

Más tarde, Moraleda, en un corrillo informal con varios periodistas dijo que la prensa estaba "sometida a examen" con el tratamiento de este tema. Al parecer, las alusiones que el PP atribuye al secretario de Estado referidas a la vigilancia del Gobierno sobre los medios y al "veneno" que destila el PP corresponden a otra conversación posterior en la cafetería del Senado en la que también había algún periodista y el propio presidente del Gobierno.