De acuerdo con la diputada, el Gobierno sigue sin resolver aspectos del sector energético que se han demorado durante años a la espera de la aprobación del nuevo PEN para el período 1992-2000, omo es el caso de la ordenación de los sectores eléctrico y petrolero y los suministros de electricidad procedente de Francia y de gas de Argelia.

Para Estevan Bolea, ni las obras del gaseoducto magrebí, que deberá trasladar el gas argelino, ni las de la línea de alta tensión que enlazará Francia con España están cumpliendo los plazos previstos, por lo que resulta prácticamente imposible que en 1994 haya centrales de cogeneración eléctrica con gas funcionando en la península o que el país vecino puedainiciar el suministro de energía en las fechas previstas.

El PP pedirá explicaciones al Gobierno sobre todas estas cuestiones en una interpelación al ministro de Industria, Claudio Aranzadi, en el pleno del Congreso de los Diputados de mañana, en el que también exigirá al ministro "que explique de una vez por todas" en qué condiciones firmó el Ejecutivo español el contrato de suministro de gas con Argelia.

Para la diputada, dicho acuerdo "responde más a intereses particulares y al cobro de comisines que a los intereses generales".

Añadió que "creemos que las negociaciones con Argelia se han llevado de un modo oscuro" y que en las conversaciones sobre el suministro de gas participaron políticos socialistas que no están relacionados con el sector energético.

También dijo que todos los costes que se habían anunciado para financiar el suministro de gas desde Argelia ya están superados (1.500 millones de dólares) y afirmó que el Gobierno español, además de haber abonado esta cantidad en conceto de pagos a cuenta, lleva desembolsados 500 millones de dólares en créditos al desarrollo para este país árabe, además de estar estudiando la concesión de otros 1.000 millones de dólares por la misma vía.

REACTIVAR LAS INVERSIONES

Entre los aspectos más apremiantes que, según Estevan Bolea, debe acometer el Gobierno en los próximos meses figura la reactivación de las inversiones en el sector eléctrico para elevar la capacidad generadora de estas empresas. Señaló que sólo en infraestructura de bajatensión deben gastarse unos 2 billones de pesetas en los próximos diez años.

"No se está haciendo para atender el crecimiento de la demanda prevista", explicó, "y se trata de un sector donde las inversiones tardan mucho en amortizarse, por lo que si no se toman ya las medidas necesarias podríamos empezar a notar problemas de abastecimiento en algunos sectores productivos dentro de unos tres o cuatro años".

La diputada popular, que se mostró partidaria de la privatización de las empresas eléctrica públicas, dijo que el Gobierno debería adoptar medidas urgentes tanto para garantizar los suministros de gas y electricidad como para elevar la eficacia del sistema, suprimiendo costes adicionales, como el que supone el pago a la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa) de tres pesetas más que el resto del sector por cada kilowatio por hora que produce.

SUPRIMIR EMPRESAS

También dijo que ni la empresa Red Eléctrica de España (Redesa), encargada de gestionar el monopolio de la red de alta tensión, i la Empresa de Resíduos Radiactivos (Enresa), responsable del almacenamiento de residuos radiactivos, tienen razón de ser.

En el caso de Redesa, dijo que está operando "con cierta oscuridad", al hacer funcionar centrales eléctricas de Endesa al máximo rendimiento, a pesar de que su coste es superior al de otras instalaciones del sector privado.

Tampoco tiene sentido, a su juicio, mantener a Enresa, una empresa de la que dijo que ya ha ingresado 130.000 millones de pesetas mediante el cobro de unporcentaje del recibo de la luz que pagan todos los españoles.

La diputada justifica su criterio contrario a Enresa en que, desde su creación, sólo ha servido para ingresar más de 130.000 millones de pesetas mediante el cobro de un porcentaje del recibo de la luz, a pesar de que sus actuales objetivos son llevar residuos de baja actividad al cementerio nuclear de El Cabril, y dejar los de alta actividad bajo la responsabilidad de las plantas atómicas que los generan.