En una intervención calificada por varios de los compromisarios como "pobre" y "falta de convicción", Vallines realizó un respaso a los cuatro años al frente de la formación conservadora en Cantabria, a la que llegó tras la primera ruptura con Juan Hormaechea.

Vallines reonoció haber vivido momentos "especialmente malos", entre los que destacó la severa derrota sufrida en 1991 y la ruptura con la UPCA en 1993 tras el pacto post-electoral con la formación del presidente cántabro.

"Creíamos y creemos que los cántabros estaban en los cierto cuando en las urnas exigieron la unidad del centro derecha", afirmó Vallines", "pero nos equivocamos al pensar que ciertas personas (Juan Hormaechea) podían cambiar de opinión y actitudes".

El presidente saliente del PP de Cantabia aseguró a los representantes de las bases populares en la región que tras el congreso, con una nueva dirección, el partido será el referente del centro derecha en la región y no las pequeñas formaciones independientes que en los últimos meses se han creado en la región por ex militantes conservadores.

"El tiempo nos ha venido a dar la razón. Frente a los proyectos personales los proyectos políticos generales tienen todas las de ganar", apuntó.

En su intervención, el presidente saliente del PP ántabro alentó a los compromisarios a trabajar por alzar a José María Aznar hasta La Moncloa para sustituir a los socialistas, "quienes estafaron a su miles de votantes".

"Más pronto o más tarde el Partido Popular sustituirá al PSOE en el Gobierno de la nación, y lo hará con el apoyo de la inmensa mayoría del país, porque nuestro ideario de centro no ha sido tomado prestado ni es una actitud oportunista", afirmó Vallines.

"Cantabria es un buen ejemplo de las dificultades que conlleva sustituir lo afanes cainistas de la derecha de toda la vida, reemplazar los protagonismos excesivos y poner fin a las actitudes individualistas y personalistas", concluyó Vallines.