El rifirrafe se produjo a propsito de un debate sobre la política inmobiliaria de Cruz Roja y las supuestas irregularidades publicadas en los últimos días por los medios de comunicación.

Según esas informaciones, la presidenta de Cruz Roja, Carmen Mestres, dio el visto bueno a la permuta del edificio central de la institución, en el centro de Madrid, tasado en casi 3.000 millones de pesetas, por otro situado en la carretera de La Coruña y valorado en la mitad de precio.

Ramallo preguntó a la ministra si no cree el Gobierno qu después de esos escándalos se deben de modificar los Estatutos de la entidad, aprobados en 1988, para aumentar el control sobre la política de enajenación de inmuebles que desarrolla Cruz Roja y que supuestamente ha hecho perder a la organización casi 1.500 millones de pesetas.

Añadió que Carmen Mestres no ha dado cuenta de esas operaciones al Comité Ejecutivo (equivalente al consejo de administración) de Cruz Roja hasta pasados meses o años desde su ejecución.

En su primer turno de palabra, Matlde Fernández se limitó a leer lo dispuesto en la legislación vigente respecto a las atribuciones de Cruz Roja como ente autónomo y añadió: "dispone de estructuras y mecanismos de control suficientes para la buena gestión de sus recursos económicos".

EL "CORTIJO" DEL PSOE

Ya en la réplica, el diputado del PP, visiblemente irritado por la escueta explicación, repasó las sucesivas reformas que han sufrido los Estatutos de Cruz Roja y el resto de legislación que afecta a la entidad y concluyó diciendo:"ustedes (PSOE) llegan, vacían la normativa, como han hecho con todo (...) son ustedes los que se la están cargando, porque como todo, y les debería dar verguenza, han tomado hasta la Cruz Roja como su cortijo".

Después de registrarse aplausos de las filas del PP y protestas de los diputados socialistas, la ministra de Asuntos Sociales tomó la palabra para recordar a Ramallo que Carmen Mestres ha suministrado al PP cuanta información le ha requerido sobre Cruz Roja.

Matilde Fernández le reprochó ue en la misma rueda de prensa en la que denunció supuestas irregularidades, reconociera que no tiene pruebas de ellas, pero que, dado el "clima de corrupción" que vive España, "los ciudadanos tenían derecho a pensar...".

"Yo me temo", matizó, "que los ciudadanos a lo que tienen derecho es a tener parlamentarios en esta Cámara rigurosos (protestas de las filas del PP)".

Y la ministra concluyó con esta reflexión: "desde pequeña, mi abuela me enseñó un refrán: decía que hay tres muchos que hacen poo al hombre: Mucho presumir y poco valer; mucho gastar y poco tener, y mucho hablar y poco saber. No sé qué peca usted de los dos primeros; del tercero, todo".