Con la polémica de los piensos con los que se alimenta al ganado, que ha originado el caso de las "vacas locas" y de las dioxinas, se ha centrado el interés en la llamada "ganadería biológica", y ha hecho que los paíse nórdicos experimenten un aumento de este tipo de producción ganadera.

Este aspecto se tratará también en la reunión del Consejo de Agricultura, en el que se autorizará que un 30 por ciento de la alimentación de ganado catalogada como "bio" contenga sustancias no biológicas, ya que se asegura que no hay suficiente grano para toda la producción.

También se regularán los tratamientos veterinarios de este ganado y el tamaño de las jaulas en las que se crían las gallinas ponedoras. En este sentido, Epaña, junto a Francia Portugal, Grecia e Irlanda, se oponen a que sean más grandes, ya que esto supondría incrementar los costes de producción, lo que redundaría en un aumento del 10 al 12 por ciento en el precio de los huevos.