Los comerciantes de alimentación están preocupados por el impacto que este caso pueda tener en las ventas, "aunque no hay motivos del todo objetivos para pensar que el consumidor español vaya a consumir pollos afectados por la dioxina", según Sancho.

España es un país exportador de pollos y huevos, y las importaciones de estos productos son "coyunturales", por lo que el consumidor español no debería preocuparse, "siempre que ahora la Unión Europea adopte las medidas oportunas", señaló el director de Fenada.

Los detallistas de alimentación insisten en que las autoridades deben tomar las medidas adecuadas de control exterior, "para no preocupar a los consumidores y para no perjudicar ni a los productores de aves y huevos ni a las empresas comerciaes españolas".