"El problema son las grasas contaminadas de dioxina repartidas en ocho fábricas belgas, una francesa y otra alemana, para hacer piensos", dijo Díez-Eimil a Radio Nacional. Aunque indicó que las autoridades españolas están investigando, precisó que no se ha importando ni pienso ni pollos dirigidos al consumo.

El secretario general reconoció que se realizó una importación de 170 gallinas belgas, pero dedicadas ala exhibición y concurso, por lo que no llegan a la cadena alimentaria.

Finalmente, subrayó que aunque el problema de los pollos belgas se ha detectado en el mes de mayo, las autoridades españolas están investigando los datos de abril y marzo, por si hubiera habido alguna anomalía. Sin embargo, precisó: "Yo creo que no nos ha afectado".