El capitán del "Scaeni", Mircea Cucuianus, considera que esta prohibición es contraria a los derechos marítimos interacionales. Además, teme que esta situación puede desencadenar un enfrentamiento entre los integrantes de la tripulación y los polizones.

Estos últimos, que viajaron en el interior de la bodega del buque, no están dispuestos a regresar a su país de origen, pues afirman que la situación en Rumanía es dramática, que se ha instaurado un nuevo régimen comunista y que el hambre se está cobrando numerosas víctimas.

Los dieciséis rumanos han asegurado que prefieren morir si es necesario arrojándose al ma, con tal de no volver a su país de origen.

Las autoridades no les han permitido pisar suelo español y, según manifestó a Servimedia el gobernador civil, Gerardo Entrena, los polizones en ningún momento han solicitado asilo político.

De todos modos, Entrena aseguró que "es imposible concederlo, puesto que no se cumplen las condiciones legales para acogerse al estatuto de refugiado político". Lo que las autoridades españolas sí han ofrecido a los polizones rumanos es alimentos y asistencia sanitara.

El barco "Scaeni" finalizará el próximo miércoles la descarga del material que ha transportado hasta Motril, día en el que tiene previsto abandonar el puerto de esta localidad granadina.

La vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad del Estado es estrecha, para evitar que alguno de los rumanos se introduzca ilegalmente en nuestro país.

En caso de que alguno de estos dieciséis polizones, de edades comprendidas entre los 20 y los 37 años, pise suelo español, las autoridades han anuncido que procederán a su repatriación inmediata.