A pesar de que aún no se ha encontrado ninguno de los detonadores en las playas vascas, los responsables de Seguridad Ciudadana ya está tomando las medidas oportunas debido a que el fuerte viento y las corrientes marinas podrían traer este material explosivo hasta la costa vasca. Ayer, fue encotrado uno de esos ingenios pirotécnicos en una playa de Bayona (Francia).

El operativo se centra en ubicar agentes en los accesos más comunes a playas y zonas frecuentadas del litoral y efectuar rastreos en las mismas para tratar de localizar el material perdido. Las tres playas donostiarras y la de Fuenterrabía (Guipúzcoa) están cerradas al público para evitar que los detonadores puedan ser manipulados de forma negligente, ya que tienen una potencia que podría arrancar una mano a una persona.

Po ello, la Policía Autónoma recomendó que, en el caso de que se aviste alguno de estos artefactos, sea comunicado inmediatamente a la Policía, para que éstos puedan proceder a su recogida y que, en ningún caso, sean manejados.

Los detonadores perdidos están constituidos por un cilindro de aluminio de entre diez y quince centímetros de longitud y uno o dos de diámetro, según los tipos. Uno de los extremos del artefacto lleva adosados unos cables.

Los responsables de Seguridad, aunque no desean alarar a la población, reconocieron que el material que recubre estas cápsulas puede mantener en perfecto estado el contenido que guardan, incluso en contacto con el agua, durante 8 u 11 meses.

El pasado 18 de diciembre, un barco con bandera chipriota, perdió un contenedor que contenía un gran número de detonadores para pirotecnia, frente a las costas bretonas de Francia.

En este tiempo, se han encontrado cerca de 5.000 artefactos en la costa atlántica gala. Los primeros aparatos fueron hallados en l costa de Bretaña, si bien el resto, arrastrados por las corrientes y el fuerte viento del norte y el noroeste, se fueron dispersando paulatinamente por toda la costa atlántica con el riesgo de que lleguen al litoral vasco.