Fuentes policiales informaron de que se sigue intentando relacionar alguno de los indicios encontrados en el Cementerio Sur de Madrid, en el barrio de Carabanchel, donde estaba enterrado el agente y donde fue quemado su cuerpo tras ser sacado del nicho.

Las fuentes consultadas aseguraron que todavía no ha sido posible relacionar alguna de las pistas que se recabaron en el lugar de los hechos con islamistas que pudieran haber participado en la profanación.

Se da la circunstancia de que el saqueo de la tumba de este GEO ha venido siendo interpretada por las Fuerzas de Seguridad como una venganza de autores del 11-M o personas próximas a los mismos respecto al trato dado a los restos de alguno de los terroristas, que no habría sido conforme al ritual islámico.

Esta circunstancia, unida a la importancia que los islamistas dan a los aniversarios y a las fechas, han llevado a las fuerzas policiales a extremar las medidas de seguridad con motivo del primer año de la masacre de Madrid, así como de los doce meses que pronto se cumplirán de la intervención en el piso de Leganés.