La operación, en la que participaron inspectores adscritos a la Sección de Estupefacientes, pretendía desmantelar la ramificación española de una red de narcotraficantes dirigida por turcos afincados en distintas capitales del centro de Europa.

El matrimonio arrestado estaba encargado de almacenar y distribuir la mercancía que les llegaa a su lujosa vivienda, ubicada en una zona residencial de Sevilla.

Las investigaciones comenzaron la pasada primavera, cuando los agentes detectaron la presencia de P.C.M., de 42 años, y de su esposa, la angoleña M.A.G.C., de 33, que almacenaban el estupefaciente en su domicilio.

La droga, de gran pureza, estaba perfectamente envasada y distribuida en pequeñas bolsitas. Una vez "cortada" (manipulada), de los 26,5 kilos se habrían podido obtener más de 3.650.000 dosis, cuyo valor en el mercado haría alcanzado más de 5.000 millones de pesetas. Según fuentes policiales, la heroína iba a ser distribuida en Sevilla.

Los agentes comprobaron que esta red de traficantes introducía, desde hace algún tiempo, grandes cantidades de heroína en Andalucía, por lo que no dan por cerradas las investigaciones tendentes a averiguar las conexiones de la organización.