Los médicos, que le dieron el alta del hospital el pasado miércoles, dijeron que la intervención quirúrgica se desarrolló conforme a lo previsto y que el paciente estaba respondiendo bien al tratamiento.

Sin embargo, Miguel explicó, en una conversación telefónica mantenida con Servimedia, que sufre muchos dolores en la espalda y que apenas ha podido conciliar el sueño en los últimos meses.

El recerdo de su familia, sobre todo de sus hijos, Laura y Miguel, de 11 y 5 años, y su gran deseo de regresar a España son otras de las constantes en la vida diaria del policía, que nunca se cansa de agradecer a sus compañeros, a la prensa y a los vecios dde Madrid y de otros puntos de España la solidaridad mostrada hacia él.

"Cada vez que me tumbo en la cama tengo dolores muy fuertes. Casi no puedo moverme ni cambiarme de lado. Por otra parte, el tratamiento de quimioterapia tan fuerte al que estoy sometio me deja destrozado y me afecta mucho a los nervios", comenta Miguel con voz entrecortada y cansada.

Por si todo esto fuera poco, el agente municipal ha añadido un nuevo motivo de preocupación a su ya de por sí difícil situación. Miguel, que en la actualidad se encuentra en una silla de ruedas, quiere ayuda para que, a su vuelta a España, le busquen una casa de planta baja que se adapte a sus limitaciones de movilidad.

UN PISO DE PLANTA BAJA

"Yo tengo vivienda propia en Vallecas, pero está en na tercera planta. Me gustaría que me la cambiaran por otra de planta baja que se adaptara mejor a mi actual situación. Quizá el Ayuntamiento tenga posibilidades de conseguirlo. Yo, por mi parte, estaría dispuesto a dar el dinero que pudiera".

José Manuel Morales, director de la Policía Municipal de Madrid, declaró a esta agencia que tanto él como los responsables municipales harán todo lo que esté en su mano para ayudar a Miguel.

"Atenderemos sus peticiones en la medida de nuestras posibilidadese intentaremos conseguir una vivienda adecuada a sus condiciones, a través de la Empresa Municipal de la Vienda, el Ivima o cualquier otra institución", recalcó.

El caso de Miguel López, de 37 años, adscrito a la Unidad de Seguridad de la Zona 3, saltó a los medios de comunicación a raíz de la colecta realizada por sus compañeros del cuerpo y los funcionarios del Ayuntamiento, con el fin de costear la operación de trasplante y su estancia en el hospital M.D. Anderson, de Houston.

Al final, el polcía consiguió reunir 20 millones de pesetas, aunque las previsiones iniciales se desbordaron y Miguel necesitaba reunir otros seis millones para emprender el viaje.

SOLIDARIDAD

Fue entonces cuando la solidaridad de los madrileños -que se enteraron del caso por los medios informativos- y la de personas de todos los puntos de España hizo posible completar esa cantidad.

Durante el mes y medio que lleva en Estados Unidos, Miguel, que en todo momento ha estado acompañado de su esposa, María José, harecibido numerosas cartas de compañeros y de funcionarios municipales, que se interesan por su estado.

También ha recibido muestras de solidaridad de policías americanos, que incluso están preparando alguna iniciativa para ayudarle económicamente.

Los médicos le han indicado a Miguel que si todo va bien podrá reincorporarse al servicio activo en un futuro no muy lejano y para poder volver a patrullar por las calles.

Sin embargo, el interesado se muestra algo escéptico: "Los médicos, al tratase de un cáncer, nunca hablan de curación total, sino de remisión de la enfermedad. Además, tendrán que pasar bastantes meses hasta que me recupere de los dolores de espalda".