EL POLICIA MUNICIPAL OPERADO EN HOUSTON ESTA DESEANDO VOLVER A PATRULLAR POR LAS CALLES

MADRID
SERVIMEDIA

"Quiero tomarme las osas con tranquilidad y seguir a rajatabla el tratamiento que me han recomendado, con el fin de que mi recuperación sea una realidad cuanto antes, pero, desde luego, estoy deseando reincorporarme a mi unidad y volver a patrullar por las calles".

Este es uno de los principales anhelos de Miguel López, el policía municipal que fue sometido, con éxito, a un trasplante de médula en una clínica de Houston (Texas, Estados Unidos), y que anoche llegó al aeropuerto de Madrid-Barajas, donde le esperaban sus failiares, así como numerosos compañeros y periodistas.

Miguel, que padecía un mieloma múltiple (afección similar al cáncer de médula), declaró hoy a Servimedia que anoche durmió muy poco -el vuelo llegó después de la mediachoche- y que esta mañana estaba cansado y un poco débil.

Sin embargo, se mostró muy contento porque al final pudo cumplir su sueño: salir triunfante de la operación y regresar a España para volver a estar con su familia.

Miguel apenas ha tenido tiempo de asimilar su nueva stuación, aunque tiene muy presente lo primero que le dijeron sus hijos, Laura y Miguel, de 11 y 5 años, cuando le abrazaron a su vuelta: "Papá, por favor, no te vayas más".

El caso de Miguel López, de 37 años, adscrito a la Unidad de Seguridad de la Zona 3 de la Policía Municipal de Madrid, saltó a los medios de comunicación a raíz de la colecta realizada por sus compañeros del cuerpo y los funcionarios del Ayuntamiento, con el fin de costear la intervención quirúrgica y su estancia en el hospital M.D Anderson, de Houston.

En un principio fueron recaudados 20 millones de pesetas, pero las previsiones iniciales se desbordaron y Miguel necesitaba otros 6 millones para emprender el viaje.

SOLIDARIDAD

Fue encontes cuando la solidaridad de los madrileños y la de personas de todos los puntos de España, que conocieron su caso por los medios informativos, hizo posible completar esa cantidad.

A partir de ahora, el agente se pondrá en manos de los doctores del hospital Doce de Octubre, que le inicarán el tratamiento más adecuado. Igualmente, deberá viajar a Houston cada seis meses, para que los facultativos que le practicaron la intrvención quirúrgica comprueben su evolución.

Miguel está preocupado porque sabe que estos continuos viajes y la estancia en Estados Unidos le resultará muy costosa y la Seguridad Social no está dispuesta a correr con los gastos.

"He gastado todo el dinero que reuní y algo más, pero para mí es muy importante que me sigan viendo los mismos médicos que me atendiron", comentó.

El policía ha dejado ya la silla de ruedas, aunque se mueve con cierta dificultad, sobre todo por los dolores de espalda que sufre. Sin embargo, confía en que las molestias desaparezcan con el tratamiento que seguirá en los próximos meses.

(SERVIMEDIA)
12 Ago 1992
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