El reptil, de color verde amarillento, era propiedad de un vecno del mismo portal y se coló por el balcón en el dormitorio de Pilar S., situado en un primer piso. Según relató la inquilina a la Policía Municipal, cuando entró al dormitorio y vio a la serpiente sufrió un "susto de muerte".

Su primera reacción fue llamar por teléfono a su marido, que se estaba trabajando, mientras veía cómo la culebra "se erguía, en actitud amenazante".

Su marido acudió rápidamente al domicilio y, con la ayuda de una escoba, trató de capturar al animal, que consiguió pasar desu terraza a la de los vecinos.

Finalmente, pudo enganchar a la culebra en el palo de la escoba y lo arrojó a la calle por el balcón, para posteriormente avisar a la Policía Municipal.

Varios agentes del cuerpo, con las porras en la mano y en medio de una gran expectación de la gente que se había congregado en la calle, rodearon al ofidio, hasta que uno de ellos terminó con su vida, golpeándole repetidamente con una pala.