EL POLICIA JUZGADO POR LA MUERTE DE UN PRESUNTO ETARRA EN PAMPLONA DICE QUE DISPARO PARA INTIMIDARLE
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El policía Rafael Navarro, procesado por la muerte del presunto etarra Mikel Castillo, declaró hoy ante el tribunal que le juzga en Pamplona que disparó contra el joven "con la intención de intimidarle, pero sin apuntare al cuerpo", y aseguró que Castillo llevaba un arma con la que le amenazó.
La vista oral contra el policía, que se celebra en la Audiencia Provincial de Pamplona, se caracterizó por las contradicciones entre la versión del procesado y la de los dos miembros del" "comando Amaiur" de ETA Bautista Barandalla y Carlos Pérez Ojuel, que prestaron declaración como testigos de la acusación particular.
Rafael Navarro fue el primero en declarar sobre los hechos ocurridos el 18 de septiembre de 1990 en el asco antiguo de la capital navarra, que culminaron con la muerte de Mikel Castillo y la detención de Bautista Barandalla.
Navarro afirmó que eran las nueve y cuarto de la mañana cuando, junto a otro compañero del Grupo de Investigación de Estupefacientes, trataron de identificar a tres individuos que se encontraban en un coche en la calle Aldapa.
Cuando se acercaron, agregó, uno de los ocupantes del vehículo les amenazó con una pistola y tras un forcejeo huyeron. Mientras un agente perseguía a Batista Barrandalla y conseguía detenerle en el interior de un local en la plaza del Castillo, Rafael Navarro siguió a Mikel Castillo por la calle del Carmen.
Navarro aseguró que Castillo portaba una pistola, aunque no recuerda si llegó a utilizarla o no. Según su versión, efectuó varios disparos al aire con la intención de intimidar al joven. Uno de los disparos alcanzó en la espalda a Mikel Castillo, que cayó al suelo mortalmente herido.
En la primera jornada del juicio declararon también Bautist Barandalla y Carlos Pérez Ojuel, actualmente en prisión por pertenecer a ETA.
Barandalla confirmó que en la mañana de los hechos él y sus compañeros pretendían atentar contra un conocido traficante de drogas de Pamplona.
Tanto él como Pérez Ojuel negaron que Mikel Castillo estuviera armado, circunstancia que fue corroborada por otra testigo, vecina de la calle donde se desarrollaron los acontecimientos.
Pérez Ojuel, que hasta su detención era secretario de Organización de HB en Navarra, decaró que fue testigo de lo ocurrido "por casualidad", cuando aparcaba su coche en la calle del Carmen y vio a un joven, que luego reconoció como su amigo Mikel Castillo, correr perseguido por un hombre que le daba el alto.
Según Pérez Ojuel, oyó disparos y se agazapó debajo de un coche, desde donde vio a Mikel Castillo caer al suelo. Tras permanecer un tiempo en ese lugar, se dirigió a su trabajo.
En ese momento, el fiscal interrumpió la declaración del etarra para decirle: "Usted tiene tantas gans de trabajar que no se acerca para ver qué ha ocurrido, pese a ser un amigo".
La vista oral, en la que está prevista la comparecencia de 21 testigos y 8 peritos, proseguirá mañana en la Audiencia Provincial de Pamplona.
(SERVIMEDIA)
18 Feb 1992
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