Según informó hoy la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, el estupefaciente partió de la localidad venezolana de Maracaibo, vía Londres, con destino final Barcelona, desde donde iba a distribuirse por toda Cataluña.

La vajilla estaba compuesta por 42 piezas: vasos, platos y vasijas. J.V.LL era el receptor del envío en España y había sido captado por narcotraficantes venezolanos.

Gracias a la información recibida a través de la cooperación policial internacional, los agentes de la UDYCO Central iniciaron una investigación sobre este ciudadano español residente en Barcelona, al sospecharse que había sido captado por un grupo de narcotraficantes venezolanos asentados en Cataluña y que se prestó a recibir un importante envío de cocaína.

El contenido legal declarado del envío era una vajilla, con un peso bruto superior a los 30 kilogramos e integrada por 42 piezas que, tras aplicarles los reactivos, dieron positivo a la cocaína. La operación continúa abierta.

Según la Policía, los envíos de paquetería desde los países productores de cocaína constituyen una de las modalidades más frecuentes de las utilizadas en el tráfico de estupefacientes a mediana escala.

Los traficantes recurren a la remisión de efectos personales entre los que intentan disimular el contenido de estupefaciente para dificultar su localización en exámenes radiológicos e inspecciones. La droga suele ocultarse diluida en líquidos, impregnada en prendas de ropa u otros objetos o formando parte de su estructura y composición, como en este caso.

Las organizaciones criminales captan como destinatarios de los envíos a personas que, a cambio de una percepción económica o de otro tipo, se hacen cargo de la recepción en su domicilio, en su lugar de trabajo o en plena vía pública.