El acto, que estaba previsto tuviese lugar a las 12 del mediodía, iba a consistir en una cadena humana que se desplazaría desde la plaza Easo hasta el barrio de Morlns donde, resultaron muertos los tres etarras, para posteriormente hacer allí un acto político en memoria de Patxi Itziar, Jokin Leunda e Iñaki Ormaetxea.

Antes de que comenzase la concentración, cinco dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía se encontraban en los alrededores de la plaza y en el barrio de Morlans, donde las Gestoras tenían preparada la megafonía para el acto político.

Mientras los manifestantes, alrededor de unos cincuenta, decidían si acudían o no al lugar donde resultaron mueros los tres terroristas, la Polícía instó a los presentes a disolverse en un minuto, ya que el acto no estaba legalizado.

Alguno de los organizadores emplazaron a que los asistentes acudiesen a las 13 horas al Boulevard donostiarra para proseguir allí el homenaje, que alrededor de las dos de la tarde aún no había comenzado. Al acto acudieron familiares de los tres miembros de ETA fallecidos.

Varios agentes de la Policía procedieron a retirar una pancarta colocada en la plaza Easo por las Gestoras en la que se leía: "Los culpables y asesinos están en libertad". Mientras tanto, grupos de jóvenes, desde las calles contiguas, lanzaron gritos de "policía asesina". Las Gestoras denunciaron la actitud del Gobierno Civil de Guipúzcoa, "que ha impedido este acto pacífico de denuncia".