Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los hechos tuvieron lugar a primera hora de la noche del pasado jueves, 30 de marzo, cuando un vecino de la calle Santiago, de Alcalá de Henares, llamó a comisaría para comunicar que en su edificio había un fuerte olor a gas y que una vecina amenazaba con quitarse la vida.

Tras acudir al lugar y comprobar los datos tanto del denunciantes como de la presunta suicida, la policía desalojó el inmueble, pues el fuerte olor a gas hacía temer una posible explosión. De hecho, se pidió la colaboración de bomberos y sanitarios.

Al mismo tiempo, otros agentes intentaban convencer a la mujer para que abriera la puerta, pero ella se negaba. Mientras esto sucedía, uno de los policías trató de entrar por una ventana, pero la presunta suicida se percató y la cerró de golpe, haciendo que el policía cayese al vacío, aunque sin graves consecuencias, ya que la altura no era mucha.

Pasado un tiempo de intensas conversaciones, la ciudadana franqueó la entrada a los agentes, que se hicieron cargo de ella. Fue trasladada por los sanitarios a un centro médico especializado.

En la inspección ocular, se halló en el dormitorio de la mujer, sin ventana ni ventilación alguna, una bombona de gas butano. Tenía el dispositivo capuchón abierto y la goma de distribución cortada a unos 8 centímetros del cierre.

Posteriormente, los bomberos procedieron a eliminar la bolsa de gas concentrada en el piso. Además, encontraron otra bombona, también manipulada.

IRRESPIRABLE

Según los análisis que hicieron, la explosividad superaba el 55 por ciento, el aire era irrespirable dado el nivel de oxígeno y el CO era de 276.

Los policías que habían accedido a la vivienda necesitaron asistencia a causa de fuerte dolor de cabeza. Cuatro fueron derivados a un hospital debido a intoxicación por gas butano y fueron dados de alta cinco horas más tarde.

La mujer, que también fue dada de alta horas más tarde, había dejado en su casa una nota manuscrita en la que anunciaba su suicidio con gas.