La policía tomó declaración a María Luisa Q.R. en relación con este caso, y además está buscando a su esposo, José Luis B.R., ambos residentes en el piso contiguo al de las ancianas, ya que, al parecer, las alojaban a cambio de sus pensiones y de sus cartillas de ahorro.

Ls investigaciones de la policía comenzaron cuando, a finales de agosto, María Luisa denunció a su esposo, que tenía tres órdenes de búsqueda y captura y diversos antecedentes policiales, por malos tratos. La mujer abandonó el domicilio familiar y su marido también lo hizo, por separado, para evitar la detención.

Cuando los funcionarios policiales intentaron acceder al inmueble, descubrieron que las ancianas estaban encerradas con llave tanto por la puerta como por la terraza. Al entrar en el piso, conla ayuda de un cerrajero, descubrieron la gravedad de la situación. De los testimonios de las ancianas se deduce que habían sido objeto de coacciones de todo tipo, malos tratos y apropiación indebida.

Una de ellas explicó que tenía dos millones setecientas mil pesetas en su cuenta, dinero que, al parecer, retiró María Luisa. Asimsimo, durante la última semana y media no recibieron cuidado de ningún tipo, sólo esporádicamente les entregaban algo de comida. Por ejemplo, la noche anterior al descubrimieno, María Luisa les había llevado unos pollos asados.

Mientras las diligencias del caso se han remitido a la autoridad judicial y prosigue la búsqueda de José Luis, los servicios sociales de Fuenlabrada se han hecho cargo de las ancianas.