El supuesto "pirata informático" accedió a las claves secretas de los ordenadores de una importante empresa financiera con sede en Londres, dedicada a realizar grandes inversiones en nombre de particulares, y efectuó transacciones por importe de unos 15 millones de libras esterlinas (unos 3.000 millones de pesetas) a cuentas ficticias creadas al efecto.

Por otro lado, el pasado viernes 17 la Embajada de los Estados Unidos solicitó a las auoridades españolas la detención preventiva del mencionado William Keith CH., con el fin de extraditarlo, por su implicación en varios delitos de robo de un total de 7,5 millones de dólares (unos 750 millones de pesetas) de firmas financieras de Nueva York, además de por fraude federal, transporte de valores robados, recepción, posesión y utilización de los mismos.

La operación contó también con la participación de la policía inglesa, que el pasado sábado, día 18, requirió, por medio de Interpol, la coaboración del Cuerpo Nacional de Policía de Santa Cruz de Tenerife para localizar y detener al citado individuo.

Al día siguiente, un detective británico, provisto de una Comisión Rogatoria Internacional de las autoridades judiciales del Reino Unido a las españolas, llegó a la localidad canaria para colaborar con la policía tinerfeña.

La detención fue en un lujoso apartamento de Puerto de la Cruz, ubicado en un ático dispuesto con fuertes medidas de seguridad, como una escalera totalmente enrejad y ascensor de seguridad privado.

En el momento de la intervención policial, le fueron ocupados un pasaporte y dos permisos de conducir, todos con nombre falso y la foto del detenido, siete tarjetas de crédito falsas al mismo nombre, así como talonarios de cheques, papeles con notas, agendas y otros documentos.

Paralelamente, en Londres fueron detenidas otras personas relacionadas con el implicado.

La autoridad judicial ha ordenado el ingreso en prisión de William Keith CH., que ha pasado a isposición del Juzgado Central de Instrucción de Guardia de la Audiencia Nacional.

El presente caso es una de las diversas formas que existen de piratería informática. En esta ocasión, los medios electrónicos sirvieron para desviar fondos de sus propietarios a los ladrones, pero en otras los valores apropiados ilegítimamente han sido ficheros de datos personales, como la red descubierta hace unos días en la localidad madrileña de Móstoles, que comercializaba información perteneciente a más de 20 milloes de españoles.