El detenido actuaba siempre de la misma manera: abordaba a la víctima en plena calle y le sugería que le acompañara a su domicilio a merendar.

A veces, le indicaba la conveniencia de que se buscara otro amigo de su edad, lo que ocurrió, según la policía, en más de una ocasión.

Una vez que ambos llegaban a la vivienda, situada en a calle Calvario, en el centro de Madrid, y después de merendar, el adolescente era sometido a diversos tocamientos y a otras prácticas sexuales.

La víctima nunca reveló estos hechos a su familia debido a las amenazas de que era objeto por parte del supuesto agresor, según las citadas fuentes.

Sin embargo, hace varios días, el menor decidió contar lo ocurrido a su padre, quien acudió a la comisaría de Centro para presentar la correspondiente denuncia.

Los datos aportados por el niño facilitaon la localización y detención de Enrique Sidera, que fue arrestado en los aledaños de su domicilio.

Aunque el supuesto agresor niega los hechos que se le imputan, la policía encontró en su vivienda numerosos dibujos eróticos de libros orientales, fotografías en las que el arrestado está en compañía de grupos de niños, así como otros accesorios para prácticas sexuales.