Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los arrestados son Marcos M.F., de 31 años y propietario del establecimiento; José Carlos M.M., de 23, y Alexandre M., de 35. Los tres están acusados de un delito relativo a la prostitución. El primero de ellos es acusado además de un delito contra los derechos de los trabajadores y el segundo de otro de usurpación de funciones, ya quese le intervino una placa insignia de la Guardia Civil.

Fue una de las víctimas quien formuló la denuncia en la Brigada de Extranjería de Madrid el pasado día 13, después de conseguir escapar del hostal, eludiendo la vigilancia a la que estaba sometida. Según explicó, en su país de origen fue captada para venir a España con la promesa de un trabajo bien remunerado y una persona le facilitó billetes de avión de ida y vuelta, así como 1.900 dólares de bolsa de viaje. Una vez en España, tenía que dirigire a un determinado local.

El 6 de octubre llegó a Madrid, previa escala en Milán. En Barajas tomó un taxi a la dirección indicada (hostal "Luna", cerca de Aranjuez), pero al llegar al establecimiento se encontró con la sorpresa de que le reclamaban una deuda de 7.000 millones de pesos colombianos (unos 3.700 dólares), y para pagarla tenía que trabajar en el alterne y la prostitución. A esa cantidad tenía que añadir el pago diario de 4.000 pesetas por alojamiento y manutención.

Aunque en su denunca no pudo aclarar la ubicación exacta del hostal, agentes del grupo encargado del caso se pusieron en contacto con la Brigada de Extranjería de Toledo y a mediados de la pasada semana descubrieron que el establecimiento estaba ubicado en Villatobas.

Tras obtener mandamiento de entrada y registro de un juzgado de Ocaña (Toledo), los agentes detuvieron a Marcos M., José Carlos M. y Alexandre M, y al decomiso de dos millones y medio de pesetas, más de 18.000 dólares y numerosa documentación.

Un tota de 27 mujeres colombianas, rusas, chinas y una checa estaban allí hospedadas y eran obligadas a prostituirse, según han declarado varias de ellas. De los testimonios de las víctimas y la documentación incautada, se deduce que los detenidos formaban parte de una red organizada para la explotación de mujeres, en su mayoría jóvenes con escasos recursos económicos, que eran introducidas en España con la promesa de un trabajo digno. Sin embargo, la realidad era una situación de semiesclavitud.

Según las ivestigaciones, la presión psicológica e incluso los malos tratos físicos eran práctica habitual. Una de las jóvenes se vio incluso obligada a mantener relaciones sexuales inmediatamente después de haber sufrido un aborto.

En las "normas" que tenían que cumplir las mujeres, figuraban los tiempos de ocupación con los clientes y las cantidades a cobrar: 6.000 pesetas por 20 minutos, 8.000 por media hora, 12.000 por 45 minutos y 16.000 por una hora. El 50 por ciento de estas cantidades y de las consumicioes iba al establecimiento y el resto teóricamente a la mujer, pero de esta parte, ella tenía que abonar los gastos de la supuesta deuda y la estancia y manutención.

De las 27 mujeres, 10 son de nacionalidad rusa y parece que de su control se encargaba de manera específica su compatriota Alexandre M. Tanto éste como los otros detenidos han pasado a disposición de un juzgado de instrucción de Ocaña (Toledo).