Según informó hoy "El Refugio", los hechos se remontan al pasado 21 de febrero, cuando un perro de raza pitbull, con nueve años y de nombre "Barón", se encontraba en el patio delantero de un chalé de Camarma de Esteruelas y entró al patio contiguo de la vivienda vecina por un hueco de la alambrada que separa las dos parcelas.

La vecina del chalé contiguo, al llegar a su casa, observó que el perro de la vivienda vecina se encontraba en su jardín delantero.

Al no encontrarse en ese momento en casa los dueños del animal, la propietaria de la vivienda donde en esos momentos se hallaba el perro entró en casa de otra vecina, desde donde avisó al teléfono 112 de emergencias. Minutos después se acercó al lugar un policía local, que disparó con su arma reglamentaria desde la calle contra el animal.

Según "El Refugio", los dueños aseguran que el policía disparó al animal de forma injustificada, ya que el perro estaba encerrado en el patio y "no estaba provocando ninguna situación objetiva de riesgo para nadie".

Además, los propietarios del can afirman que el perro tenía un carácter pacífico y apacible y nunca tuvo actitudes agresivas con personas ni con otros animales, sino que, por el contrario, solía jugar con niños, otros canes y con gatos.

Para "El Refugio", el agente pudo resolver el incidente "utilizando otros medios más idóneos o proporcionados, tales como tranquilizantes, localización de su propietario o avisar a la perrera municipal para que lo retiraran, pero no lo hizo y optó directamente por matar a tiros al animal".

Debido a estos hechos, "El Refugio" denunció al policía y está personado como acusación en el caso. Además, esta asociación pedirá al alcalde de Camarma de Esteruelas, Luis Gregorio Díaz, la suspensión del agente en sus funciones mientras dure el procedimiento judicial.