Según confirmaron a Servimedia fuentes de la lucha antiterrorista en el País Vasco, el hijo del ex gobernador socialista es uno de las ocho personas que lograron escapar durante la operación policial realizada el pasado 17 de agosto en el barrio donostiarra de Morlans.

Las mismas fuentes precisaron que Goñi forma parte del "comando Irún", que actuaba en poyo del comando "Donosti", junto con José Ramón Rojo e Iñaki Rekarte, contra los que también pesa orden de búsqueda y captura decretada por la Audiencia Nacional.

José Ramón Goñi tiene además antecedentes policiales por su relación con organizaciones radicales "abertzales", entre ellas el partido HASI, rama juvenil de Herri Batasuna.

La operación policial contra el "comando Donosti" tuvo su punto culminante el 17 de agosto con un enfrentamiento entre agentes de la Guardia Civil y tres "liberados etarras, que murieron en el tiroteo. En aquella acción, también resultó herido de gravedad un guardia civil.

Además, fueron detenidas una veintena de personas, acusadas de formar parte de la infrastructura del "comando" etarra más sanguinario de los últimos años.

El director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, que dirigió la operación, afirmó que ocho personas de los grupos de apoyo de la misma banda teerrorista siguen en situación de huidos.

El "Donosti" contaba con tres núcleos de aooyo: el "Ipar Haizea" (Viento del Norte), uno en Rentería y otro en Irún, al que, según los investigadores policiales, pertenece José Ramón Goñi.

El Gobierno Civil atribuye al "comando Irún" la comisión de varios atentados realizados entre los meses de junio y agosto de este mismo año, entre ellos el asesinato de Francisco Gi Mendoza, al que ETA relacionaba con el narcotráfico.

El mismo grupo terrorista atentó con artefactos explosivos contra dos bares de Rentería e Irún y llevó a cabo el robo d un subfusil y un fusil Cetme el 3 de agosto en el cuartel militar de Araca (Alava).

José Ramón Goñi Tirapu, padre del supuesto etarra en fuga fue gobernador de Guipúzcoa entre abril de 1987 y febrero de 1990, fecha en que el Gobierno le cesó y fue sustituido por José María Gurruchaga.

Sus tres años de mandato se caracterizaron por la polémica y las denuncias. A pesar de desarticular varios comandos etarras, su indiscreción con los periodistas impidió que una operación contra un comando en Barcelna alcanzara un éxito total.

Por otra parte, cuando el entonces gobernador asistió en septiembre de 1989 al funeral de una de las víctimas de ETA, los manifestantes terminaron en un enfrentamiento con los policías de escolta que disparon sus armas reglamentarias e hirieron a una persona.

Asímismo, los enfrentamienstos de Goñi con varios de sus hermanos empujaron a éstos a denunciar en rueda de prensa que uno de ellos, funcionario de correos, había sido expedientado por colocar un cartel del sindiato LAB (próximo a Herri Batasuna) en el que responsabilizaban a la Administración de los daños que se pudieran ocasionar como consecuencia de la llegada de paquetes bombas a las oficinas de correos.