Reconfiguración izquierda

Podemos reafirma su identidad diferencial respecto a Sumar y no menciona las primarias

Zaragoza
SERVIMEDIA Kiko Rosique, enviado especial

Podemos utilizó este sábado su Fiesta de la Primavera, que junto a la Uni de Otoño es el gran evento que utiliza como refuerzo ideológico e identitario, para remarcar su personalidad distintiva que esgrime como diferente de Sumar y el resto de organizaciones políticas a la izquierda del PSOE, pero omitió exigir las primarias abiertas que viene reclamando para construir la eventual candidatura única a las elecciones generales.

Éstos fueron los dos rasgos comunes que tuvieron las intervenciones de las tres figuras más importantes del partido: su secretaria general, Ione Belarra; su otra ministra y secretaria de Acción de Gobierno, Irene Montero, y el exlíder de la formación, Pablo Iglesias.

Las dos primeras tomaron la palabra en el mitin central, en el que también participaron siete de los cabezas de lista a las elecciones autonómicas, y el tercero en la mesa redonda que abrió la jornada, de temática propiamente internacional pero en la que él también introdujo mensajes a la interna.

El exlíder de Podemos unió ambas vertientes presumiendo de que este partido ha sabido “romper la cláusula de exclusión histórica” que impedía que hubiera ministros a la izquierda del PSOE “teniendo un discurso sin concesiones sobre las relaciones internacionales” y otros temas.

En esa línea, reiteró su mensaje habitual de que apoyar a la OTAN forma parte de “las reglas que no se pueden romper porque son la condición de que nada cambie”, y de que “hay un pacto corrupto que dice que estamos dispuestos a tener una izquierda pero sólo una que cierre filas con la OTAN”; de ahí el empeño que en su opinión existe de “matar a Podemos”. Una frase que ya entroncó con su reflexión sobre la situación interna de la izquierda y la relación con Yolanda Díaz y el resto de partidos, que sí asumirían el consenso otanista.

Respecto a dicha situación, Iglesias dijo comprender que “hay muchos militantes muy dolidos” por la actitud supuestamente despectiva de sus potenciales aliados, pero puntualizó que Podemos “tiene que seguir defendiendo uno de sus elementos de identidad: la defensa de la unidad”. Admitió que “no siempre es sencillo, cuando te insultan, cuando te menosprecian”, y por eso dijo entender “la sensación de muchos compañeros”.

Sin embargo, él se reafirmó en que Podemos “tiene que tener altura de miras y demostrar que caminar juntos es condición de posibilidad de que cambien las cosas”, porque cuando los medios de comunicación “invitan a esa ruptura” con Sumar “indican básicamente el camino que les gustaría que se recorriese”. Así, terminó reivindicando que “Podemos es condición de posibilidad para las transformaciones” y llamando a “seguir tendiendo la mano pese a los ataques, los ninguneos y los desprecios”.

BELARRA Y MONTERO

Por su parte, Belarra se jactó de que su partido tiene “la valentía suficiente para aguantar lo que haya que aguantar” en ataques de los adversarios para entrar en el Gobierno o sacar adelante sus propuestas, aunque ahora “todo el mundo saca pecho” de ellas, como por ejemplo de la Ley de Vivienda recién desbloqueada o de la intervención del precio del gas.

Además, contradijo tácitamente a Díaz, quien suele renegar del comportamiento de Podemos señalando que no quiere situarse en la esquinita izquierda del tablero político. En concreto, proclamó que su partido está ahí, “por mucho que les molesta a quienes quieren que la izquierda vuelva a ser como antes, relegada a una esquinita del tablero, un adorno del Partido Socialista, sin capacidad de influir en la política”. “Nosotros no somos eso y no lo vamos a ser”, remató, sin mencionar en ningún momento a Díaz.

Otro mensaje velado a la vicepresidenta fue al recordar que en 2019, cuando Podemos ya exigía un Gobierno de coalición al PSOE tras las elecciones generales de abril, “el Partido Socialista estaba esperando que nos fuera mal en las autonómicas y municipales para así no tener que pactar con nosotras”. Curiosamente, una de las sospechas de Podemos es que Díaz quiere aplazar las negociaciones de la eventual candidatura única de la izquierda a las generales con la esperanza de que a Podemos le vaya mal en mayo y no pueda exigir preponderancia en las listas.

Finalmente, Montero, quien cerró el mitin que inauguró Belarra, advirtió de que “más importante que el que la derecha no gobierne es que lo que quede (en la izquierda) sea capaz de seguir impulsando transformaciones y no le tiemble el pulso”. Más adelante ofreció otra variación para reivindicar lo que hace especial a su partido: “Hace falta que no gobierne la derecha, pero también que Podemos tenga fuerza. No lo somos todo pero sí que aportamos ser el motor de las transformaciones que en nuestro país se están dando”.

En esa línea, interpretó que “acabar con Podemos sigue siendo el principal objetivo de este ciclo electoral, acabar con la fuerza de Podemos para transformar”, y puso como ejemplo la reforma de la Ley del' sólo sí es sí', que se votará el jueves en el Congreso de los Diputados.

Según su versión, “la ofensiva reaccionaria ha sido tan fuerte como para conseguir que el PSOE deje en manos del Partido Popular la reforma de una ley feminista”, y, por eso, aunque el PP no gobierne “sabe que si no está ahí Podemos en algún momento va a poder torcerle el brazo al Partido Socialista”.

MUJER DE PARTIDO

La ministra de Igualdad terminó con un comentario que también podría entenderse como una réplica directa a Díaz y su habitual proclama de que ella no es “de nadie”. Montero sí presumió de pertenencia al definirse como “mujer de..”, pero de Ione Belarra y del partido. “Somos las mujeres y los hombres de Podemos”, proclamó, declarándose “orgullosa de pertenecer a un proyecto colectivo” porque “solas no se consigue nada” y “si podemos gritar ‘sí se puede’ es porque lo hacemos siempre juntas”.

Fuentes de la dirección de Podemos justificaron esta auto reivindicación señalando que éste es el carácter propio de la Fiesta de la Primavera, como lo son otros eventos de otros partidos. A su modo de ver, Podemos significa una forma distinta de negociar y conseguir las cosas, con más “atrevimiento” que otros llaman “ruido”; una táctica que cree que funciona y “marca identidad”.

En su opinión, esa diferenciación no es sólo estratégica, sino política y de fondo, y convierte a Podemos y Sumar y el resto de partidos de la izquierda en “espacios distintos”, lo que justifica su petición de una coalición para sustanciar la “unidad” de la izquierda que volvieron a reivindicar sus principales dirigentes.

Eso sí, con un “acuerdo justo” que reconozca la magnitud del espacio político que ocupa Podemos, no necesariamente de un determinado número de puestos en las hipotéticas listas conjuntas. Varias fuentes de la dirección quisieron resaltar también que, en los mensajes implícitos que se dirigieron a Díaz y Sumar no hubo esta vez ni “enfados ni exigencias”.

Otras fuentes cercanas a la Ejecutiva de Podemos consultadas por Servimedia aseguraron que nadie en ella se plantea concurrir por separado a las elecciones generales y confían en que el interés mutuo obligue a esa unidad, porque de no haberla se facilitaría un Gobierno del PP y Vox que podría durar varias legislaturas, pero también temen que Díaz ya haya hecho promesas de puestos en listas al resto de partidos que aglutinaría Sumar que no sean compatibles con lo que reclame Podemos.

Eso sí, dichas fuentes constatan que la dirección sí baraja que, en caso de que a partir de las próximas generales gobierne la derecha, hace falta reforzar el espacio de Podemos como partido, el único que consideran que podría permitir mantener las posiciones de la izquierda en esa hipotética “travesía en el desierto” de cuatro años.

(SERVIMEDIA)
16 Abr 2023
KRT/man