Lo hizo en su intervención al inicio de una de las mesas redondas de la llamada ‘Uni de Otoño’ de Podemos, en Madrid, donde constató que “el crecimiento se está ralentizando” y que, ante la inflación, “el crecimiento de los salarios se está quedando por detrás” y “el Gobierno no puede contentarse pensando que la excepción ibérica está funcionando”, sino que “es necesario ir más allá” y “seguir trabajando para que se produzca un reparto de los costes de la inflación más equilibrado”.

Álvarez señaló que los márgenes empresariales “no se han visto mermados”, por lo que el coste de la inflación se concentra en las clases trabajadoras y puede que las medidas tomadas “no sean suficientes para proteger al conjunto de la población”. De ahí que propuso avanzar hacia “una serie de acuerdos de distribución de rentas que permita que también los márgenes empresariales se hagan cargo del coste de la inflación y los salarios puedan ir creciendo”.

El secretario de Estado lo puso en relación con que el Banco Central Europeo “no deja de subir los tipos de interés”, lo cual dispara las hipotecas variables, que son tres de cada cuatro en España. El director del gabinete económico de Comisiones Obreras, Carlos Martín Urriza, que también intervino en la mesa, fue más crítico todavía al acusar al BCE de que “ha decidido destruir la economía europea para acabar con la inflación”, aplicando así el disparatado principio de “muerto el perro, se acabó la rabia”.

Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat Valenciana, Héctor Illueca, alertó de que la UE se encuentra ante “una trampa, un dilema que tiene soluciones contradictorias”, y de que subir los tipos aboca a “destrucción de empleo, paro y que corra la sangre”. Además, advirtió de que paralizando la economía se corre el riesgo de que la deuda pública de alguno de los países, seguramente del sur de Europa, se dispare y la UE tenga que acometer rescates como tras la crisis de 2008, todavía sin querer decir a cambio de qué condiciones.

Álvarez apuntaló su defensa de ese “acuerdo de distribución de rentas” y de “legislar un alivio de las hipotecas” señalando que no sería sólo bueno para los trabajadores, sino que facilitaría “que se mantenga el consumo”. Finalmente, recomendó agilizar el reparto de los fondos europeos.