Lo hizo a través de un comunicado en el que recogió declaraciones de su presidente, Gustavo Suárez Pertierra, quien atestiguó que la presidencia del Consejo de la UE otorga a España la posibilidad de colocar a los menores “en el centro de los procesos y decisiones que tengan lugar durante estos meses”.

En ese sentido, la organización subrayó “seis ejes clave” en torno a los cuales “se pueden reforzar los derechos sociales, reducir la desigualdad y fortalecer los sistemas de protección de la infancia, siempre contando con la participación de niños, niñas y adolescentes”.

El primero de esos ejes el de política sociales, para el que Unicef España destacó la importancia de aplicar “eficazmente” la Garantía Infantil Europea para “reducir la pobreza y la exclusión social de la infancia en todos los Estados miembro, reforzar la Europa de los derechos sociales y contar con la participación de la infancia en todos los procesos que les afecten”.

El segundo de ellos es la salud mental, uno de los grandes problemas que afectan a la infancia y la adolescencia, especialmente desde la pandemia; en este ámbito, confió en que se tenga en cuenta “un enfoque de derechos de infancia que refuerce el papel de las familias y de los propios niños, niñas y adolescentes para la prevención y detección precoz de trastornos, y para la atención al bienestar emocional de la infancia”.

En cuanto a la situación de la infancia migrante y refugiada, recordó que entre la presidencia española y la belga -su sucesora- se prevé finalizar las negociaciones de los expedientes que conforman el pacto europeo de migración y asilo, por lo que mostró su esperanza en que se garantice que “el nuevo marco político y jurídico en materia migratoria respete los derechos humanos, incluidos los de infancia”. Para ello, propuso “procedimientos fronterizos y de asilo adaptados, mecanismos rápidos de reagrupación familiar o mejoras de los procedimientos de retorno”.

El cuarto eje temático se refiere a las empresas, un ámbito en el que Unicef España aspira a garantizar que el texto final de la directiva europea sobre la debida diligencia de las compañías en materia de sostenibilidad incluya una “mención explícita” a los derechos de la infancia.

Respecto a la relación con América Latina y el Caribe, comentó su anhelo de que se aumente la inversión en infancia y adolescencia para “sentar unas bases sólidas de la cooperación entre regiones”.

Por último, en materia de cambio climático, Unicef España pretende que se garantice que los 3.500 niños y adolescentes del mundo “estén protegidos frente a los peores efectos” del calentamiento global en 2030.