Esta reducción obeece a varias causas, entre las que figuran el aumento de la edad media de los presos cuando ingresan en prisión y una mayor agilidad judicial, según las fuentes consultadas. Asimismo, una parte responde a la excarcelación de algunos reclusos en aplicación del nuevo Código Penal, aunque en menor número que el se había previsto.

Los últimos datos confirman la tendencia a la baja en el número de presos iniciada en 1994, año en el cual la población reclusa se estabilizó por primera vez desde 1990 tras exprimentar un crecimiento del 50% en ese periodo.

En la actualidad, el conjunto de la población reclusa española se reparte entre 33.560 hombres y 3.543 mujeres. De estos, 25.721 hombres son penados, es decir, que cumplen condena; en la misma situación se encuentran 2.689 mujeres. En total, supone una disminución de unos 2.000 penados respecto del mes de agosto de 1995.

En relación al número de presos preventivos, hay 7.839 hombres y 854 mujeres. Estas cifras son, en comparación con las correspondintes al mismo periodo de 1995, significativamente inferiores, alrededor de 1.300 preventivos menos este año.